¿un encuentro afortunado?

Hola ESTHER:
 

Pensaba escribirte dentro de unos días, pero como estaba desayunando aquí en  un Café   (…) y navegando por internet , me decidí a enviarte lo que acabo de escribir para uno de mis blogs:

¿Un encuentro afortunado?

Agosto 19, 2009 por julio

Hasta el límite de lo asombroso puede decirse que ocurren ciertos encuentros. Hay que creer que existen los ángeles… Hace años escribí «Angel ó mujer», una carta dirigida a álguien que quizás sólo existía en mi imaginación… pues no hubo respuesta (…).

Cuando se es relativamente feliz y uno sonrie a la vida… es verdad que la vida devuelve la sonrisa. Hoy, miércoles dia 19 de agosto de 2009, iba yo, como habitualmente, a desayunar (…)… cuando ante mí pasó, pausada pero con andar seguro,  una mujer jóven con aspecto de haber salido de un cuento de hadas, un cuento medieval porque su andar era de reina… Así se lo dije al saludarla. Recordé que había leído que las campesinas godas o germánicas denotaban su nobleza en su andar elegante y propio de una reina… (Eso se consigue andando con la frente alta de forma que siempre la mirada va dirigida al frente, nunca al suelo).

A la regia dama el saludo debió de parecerlo de lo más normal. Rápidamente retomamos la conversación como si en algún momento pasado la hubiersemos interrumpido. Le recordé, cuando ya estabamos a punto de despedirnos, que el encuentro que habíamos tenido me retrotraía a un pasado reciente, cuando en el Metro conocí a álguien que además vivía en la misma calle donde «ella» desarrollaba su actividad laboral. «Esther» me dijo llamarse…

Yo también me presenté («Julio» …etc). Nos despedimos tras hablar de termas tan emblemáticos como el vicio del tabaco, el amor a los animales y los viajes a Namibia (¡La salvaje y enigmática Africa!). No es corriente que una mujer jóven y bella, de aspecto delicado, pase sus vacaciones en Namibia…, uno de los países menos conocido de Africa… quizás porque fue arrebatado a Alemania después de la primera guerra mundial.

Es curioso que a ninguno de los dos nos pareció oportuno indagar sobre aspectos más personales… de nuestras vidas. Imagino que habrá tiempo de hacerlo. Siempre he creido que el libro más fascinante para leer es una persona interesante… y más aún si esa persona es bella y gentil.

Amiga Esther… recibe este escrito a modo de salutación. (…).…

 

 

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