Archive for the ‘Civilización’ Category

Eskil: un héroe del equilibrismo que desafia a la muerte…

27 de julio de 2014

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Deberíamos meditar cómo es posible que un hombre llegue a tener

tal sentido del equilibrio y una absoluta seguridad en sus acrobacias.

Más asombroso y sorprendente que las hazañas de este superhombre

no sean apenas conocidas por la gente…  Cabe preguntarse que los

controladores de la información no están interesados en dar publicidad a un

fenómeno tan insólito como el que representa el noruego Eskil Ronningsbakken…

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FUENTE:

http://www.globalbalancing.com

  1. Eskil Rønningsbakken

 

  1. Eskil Rønningsbakken is an extreme artist from Stange, Norway. Rønningsbakken travels the world performing balancing acts at the tops of lethal drops, such as canyons and cliffs. Wikipedia

¿QUÉ SIGNIFICA AQUÍ LA PALABRA «FASCISMO»?

17 de julio de 2014

domingo, agosto 28, 2011

Aclaraciones terminológicas: ¿qué significa aquí la palabra «fascismo»?

 
 La experiencia que ha supuesto para mí este blog (por no hablar de otros dolorosos episodios de índole privada) me fuerza a realizar una serie deaclaraciones terminológicas que son fundamentales para entender el mensajeque intento transmitir. Cuando utilizo la palabra fascismo, harto abundante en mis escritos, el sentido de éstos depende del significado que se le dé a dicho término clave. Algunos no lo han entendido y esta confusión o ambigüedad provoca interpretaciones erróneas. Yo jamás he defendido el «fascismo» como movimiento político de extrema derecha, con sus inevitables connotaciones racistas y antisemitas. Desde el inicio de mi «carrera» como ciudadano que adopta públicamente una serie de posiciones ideológicas, políticas y filosóficas, he sido muy claro. Como testimonio de mi actividad «social» temprana, todo lo insignificante que se quiera pero unívoca en este aspecto, me remito al DICCIONARI DELS PARTITS POLÍTICS DE CATALUNYA. SEGLE XX, libro publicado por la ENCICLOPEDIA CATALANA y firmado por Isidre Molas y Joan B. Culla. La obra viene avalada nada menos que por Institut de Ciències Polítiques i Socials y fue editado en Barcelona en marzo de 2000. Si  abrimos la página 65 del volumen leemos lo siguiente (traduzco directamente del catalán al castellano):
 
ENTITAT POTENCIALISTA (ENSPO). Asociación cultural creada en 1985 que actuó en el plano político entre 1986 y 1990, liderada por Jaume Farrerons, que contaba con unos 20 seguidores. ENSPO difundió un pensamiento centrado esencialmente en las tesis de Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, y se definió por su catalanismo radical anticapitalista y antimarxista (pero nada antiespañolista) y por su antirracismo. Editó carteles y dos opúsculos (ENSPO. Cuadernos de doctrina potencialista o La masa es culpable). Como resultado de su confluencia con el grupúsculo trotskysta MOVIMIENTO VOLUNTAD, ENSPO participó en la creación de la PLATAFORMA NUEVA EUROPA en 1988 y su boletín fue el Órgano teórico nacional-revolucionario europeo. En 1989 se desvinculó (de la Plataforma Nueva Europa) y se aproximó a TERCERA VIA SOLIDARISTA. Posteriormente editó ENSPO. Entidad para el proyecto occidentalista. Órgano teórico (números 1-2, 1989).
 
El autor de esta entrada es Xavier Casals, reconocido experto en grupos ultraderechistas. Es él quien nos califica de antirracistas. En ningún lugar se nos vincula con el nazismo o la extrema derecha. Habla de catalanismo radical, pero no anti-españolista. Nosotros somos catalanes que jamás nos hemos opuesto a la unidad de España. No somos «catalanes y españoles», sino españoles porque somos catalanes. Pero más importante que esta cuestión es nuestro declaradoantirracismo. Una cosa es «no ser racista» y otra manifestarse como ANTIRRACISTA. Aquí no hay posible connivencia con el antisemitismo ni el nazismo. Pero esta postura no es oportunista, no responde a intereses de desestigmatización política. Nadie que haya leído esta bitácora podrá detectar en nosotros este vergonzoso afán de ostentar un pedigrí políticamente correcto. Nos declaramos antirracistas por motivos filosóficos, éticos, ideológicos, no por cuestiones  electoralistas o de medro personal. Simplemente, no admitimos la validez teórica del racismo y sus consecuencias prácticas. Y el antisemitismo nos repugna en tanto que negación pura y simple de toda ilustración. Dicho rechazo se fundamenta en la filosofía de Friedrich Nietzsche. Si es necesario, reproduciremos en este blog cuáles eran las opiniones del filósofo alemán sobre los antisemitas (=cristianos judeófobos).
 
Nuestra causa es la verdad, nada más. ¿Se ha entendido esto? Parece que no. Es por una cuestión de veracidad y fundamentación filosófica, y no de cobardía política, que rechazamos el racismo en todas sus formas. La filosofía de Heidegger no sólo no es racista, sino que constituye la más eficaz y definitiva refutación del racismo que quepa concebir, y ello aunque Heidegger militara en el partido nazi. La militancia de Heidegger tiene que ver con algo más que con un vínculo personal del ciudadano alemán Martin Heidegger respecto del nazismo, pero, lo hemos dicho, se trata de un vínculo filosófico de tipo «fascista», no racista o antisemita. Hubo fascismos no racistas ni antisemitas, luego dicho vínculo es posible, pensable y objeto virtual de reflexión. No obstante, queda por aclarar qué significa en este blog, insisto en ello, la palabra «fascismo».
 
En el año 2007 publiqué el ensayo «Disidencia y crítica», que apareció en la revista «Nihil Obstat», donde actualmente no escribo por razones que no vienen al caso. Dicha publicación ya se curó en salud con una nota en la que afirmaba no compartir mis escandalosas pretensiones. !Por supuesto! Hay que leerlo para entender por qué el editor se preocupó de hacer este tipo de puntualizaciones:
 
 
También hice pública, en una conferencia, mi posición sobre el campo NR como una opción deizquierdas, y fui atacado por los skin-heads -católicos- del Movimiento Patriótico Socialista:
 
 
Yo pensaba que tras la exposición de tales textos y declaraciones, mi toma de postura quedaba ya clara. No tengo nada que ver con la extrema derecha, que es cristiana, antisemita y racista. Rechazo el fascismo histórico como una expresión de dicho derechismo abominable. Esto no es una «pose». Es algo que va en serio y, como antirracista, no cejaré en mi tarea de manifestar públicamente el compromiso de izquierda nacional. Desde luego, reconozco que en la extrema derecha hay personas que, como tales, es decir, como individuos singulares y concretos, merecen mi respeto aunque no comparta sus ideas. Pero políticamente mi deber pasa de forma necesaria por cuestionar todo aquéllo que, de alguna manera, constituya un obstáculo para la realización del proyecto nacional-revolucionario: en primer lugar, la endémica mezcolanza con la extrema derecha, cuya única responsabilidad recae sobre el propio fascismo histórico . No se me puede pedir que, por un lado, mantenga una postura NR (i) firme y que, por otra, me comporte en público o en privado como alguien que acepta y tolera unos principios ideológicos que son contrarios a la apuesta por la izquierda nacional. Si actuara así, me convertiría en un impostor. Otra cosa son las relaciones personales. Aquí yo puedo ser «amigo» de anarquistas, comunistas, fascistas o de quien haga falta. Personas honestas y decentes las hay en todos lados. Quien lo niegue es un sectario.Mis relaciones afectivas privadas no se rigen por cuestiones de carácter ideológico. Mi mujer, por ejemplo, no comparte mi ideología, pero he tenido hijos con ella. De manera que yo respetaré las ideas de mi interlocutor cualesquiera que sean y siempre que éste respete las mías. Pero de ahí no se podrá deducir que, en el campo político, no conserve yo el derecho de expresar honestamente cuál es mi planteamiento y de criticar no sólo las ideas, sino las siglas de las organizaciones que, de alguna manera, encarnan las posiciones de las que me declaro opositor e incluso, si llega el caso, enemigo. Este decisivo matiz, aunque algunos, por su sectarismo o simple irreflexión, no lo sepan distinguir, no comporta un ataque personal, sino la lógica consecuencia de una actividad política seria.
 
Dicho esto, quisiera aclarar lo que entiendo por el vocablo «fascismo» y lo que, a efectos políticos, se sigue de este análisis y crítica ideológica.
 
La palabra fascismo tiene, para mí, dos sentidos fundamentales: (a) un sentido metapolítico, filosófico y, si se quiere, cultural; y (b) un sentido político.
 
A su vez, el sentido (a) ostenta varias acepciones. En primer lugar, el fascismo es aquéllo que identifica la contraparte simétrica del antifascismo. Algunos no lo comprenden, pero elantifascismo es, conceptualmente (no, por supuesto, terminológicamente) anterior al propio fascismo. Ya he explicado que el «fascismo» (entre comillas) así entendido, ocupa un lugar que previamente había sido identificado por la izquierda radical como pura posibilidad existencial -a la par que teórica- y que, en este sentido, forma parte del desarrollo interno de la propia izquierda revolucionaria. En segundo lugar, el fascismo «cultural» se refiere a lo que se denomina la Konservative Revolution (KR), entre cuyos miembros se reclutaron algunos resistentes antifascistas e incluso militantes patriotas que participaron en el atentado contra Hitler desde posiciones «fascistas».  También incluye a autores como Sorel y a todos aquéllos que acuñaron, sin «salir» de  la izquierda, el concepto de un «socialismo nacional».
 
Por su parte, el sentido (b) incluye, en una fase inicial, el prefascismo del Mussolini socialista. Un «fascismo» claramente de izquierdas que se nutre, a partes iguales, de las filosofías de Nietzsche y Marx. Este «fascismo» se expresa en el programa político fascista del 13 de mayo de 1919.  En una segunda fase, el fascismo se convierte en una opción política de derecha que pacta con la burguesía, la aristocracia y hasta el Vaticano, preparando así el terreno para la derechización del nacionalsocialismo, el cual  toma como modelo al Mussolini de 1922. El fascismo «real», que intentará recuperar en vano sus raíces revolucionarias en la República de Salò, es el que se confunde con la extrema derecha y abona el campo simbólico para la derechización del nazismo (cuyo postrero producto es la escoria skin-head). Éste ya nace, por decirlo así, marcado por la opción entre Nietzsche y Wagner (en favor de Wagner) y, por ende, fatalmente condenado al antisemitismo cristiano del que Nietzsche abominó.
 
Para resumir mi postura, que ampliaré en entradas posteriores, existen dos sentidos básicos de la palabra «fascismo». Un sentido problemático, filosófico, que abarca tanto la dimensión metapolítica como la virtualidad histórica del fascismo del 13 de mayo de 1919. A este fascismo lo he entrecomillado siempre. Así, hablo de «fascismo». Y existe un sentido meramente político vulgar, que se confunde con la extrema derecha, el racismo y el antisemitismo, frente al cual siempre he hablado también muy claro. Algunos piensan que ésta, mi actitud crítica frente al fascismo ultra, frente a la extrema derecha dictatorial, irracionalista, racista y antisemita, es sólo una especie de estrategia o una forma de quitarme de encima el estigma correspondiente. Cuando se dan cuenta de que mi rechazo del fascismo así entendido es enérgico, siendo así que me repugna el racismo, el obscurantismo religioso y el antisemitismo, se llevan una sorpresa y me acusan de atacar a los «camaradas», como si un facha pudiera ser, políticamente hablando, camarada mío. Repito: puedo respetar las ideas de todas las personas, ello incluye a los comunistas y a los anarquistas o a los liberales o socialdemócratas, también las de aquellos que se declaren fascistas o nacionalsocialistas o falangistas… !Que yo no le aplico a la gente la repulsiva punición social del ostracismo y la «muerte civil»! Pero no se me puede exigir que, en el plano político, y cuando las circunstancias lo exijan, omita actuar de acuerdo con los imperativos que se desprenden de mis creencias y de la dinámica esencialmente agónica o polémica de la confrontación «partidista».  
 
Puede darse el caso de que, además de adversario político, alguien se convierta, por las razones que fuere, en enemigo personal de un individuo concreto. Entonces, si en ese personaje se funden la dimensión política y la dimensión particularísima e individual de un conflicto (como sucede en demasiadas ocasiones por culpa de quienes no saben distinguir), mi actuación responderá a esa doble circunstancia; y que no esperen consideraciones de ningún tipo quienes carezcan de madurez para separar los planos de la relación social. De ahí que yo me reserve el derecho de cuestionar a la extrema derecha desde el punto de vista ideológico y político, mientras, al mismo, tiempo, dialogo con personas que pertenecen a éste u otro campo doctrinalcualquiera. Y también me reservo el derecho a defenderme de los ataques personales de los ultraderechistas con represalias del mismo calibre que utilizarán, como no podía ser de otra manera, los argumentos que considere oportunos contra el fascismo, el antisemitismo o el racismosin que ello implique que yo comparta, en absoluto, las pautas doctrinales o políticas de los antifascistas. Si denuncio el racismo o el antisemitismo, no me convierto así en cómplice de los canallas antifascistas, sólo defiendo la integridad simbólica del campo nacional-revolucionario (=de izquierdas). Repito que algunas personas no parecen capaces de tan elementales distinciones, que para ellos equivalen a sutilezas bizantinas. «O estás conmigo o estás contra mí», vociferan. «Si criticas tal o cual sigla, donde yo milito, me ofendes», te espetan. Han pensado que mis cuestionamientos del racismo o del antisemitismo, mi rechazo en suma de la extrema derecha, había de salvaguardar una suerte de resquicio de compañerismo o camaradería con los ultraderechistas. Nada de eso es posible en el terreno político, y en el terreno personal sólo en la misma medida en que puedo respetar a quienquiera que se comporte con decencia u observe las pautas esenciales del concepto de amistad. Los reproches sobre mi «traición» a los militantes de la ultraderecha obedecen a un equívoco: para mí no son camaradas, no les debo fidelidad en terreno personal en calidad de meros ultraderechistasni ellos a mí. Pues si he de ser fiel a las personas en tanto que amigos, sea cual fuere su ideología, y lo seré, nada me obliga a convertirme en cómplice político del racismo, la reacción de la caverna eclesiástica o el antisemitismo. 

Un último sentido de la palabra «fascismo» me fuerza moralmente a rechazar el lenguaje antifascista de la «gente corriente» que abomina de las connotaciones de un término asociado mecánicamente a violencia, autoritarismo, machismo, racismo, antisemitismo… Millones de personas han sido exterminadas en el siglo XX acusadas de «fascistas» y, por tanto, como consecuencia de la activación de este «resorte mental» irreflexivo, automático, asesino donde los haya. En la actualidad, la imputación de fascismo sigue siendo, a pesar de las presuntas sensibilidades democráticas imperantes, el expediente del que más se usa y abusa para pisotear los derechos de los ciudadanos «molestos» o desafectos al vergonzante poder oligárquico que nos oprime a casi todos. La memoria de aquellas víctimas y la conciencia del presente totalitarismo «blanco» de la oligarquía sionista es inseparable, a mi entender, de la condena del lenguaje que hizo posibles los crímenes de los antifascistas, desde el bolchevismo a ETA, desde Dresden o Hiroshima a Bagdad.Que semejante bazofia verbal haya sido adoptada por regímenes que se consideran a sí mismos la culminación institucionalizada del humanismo y de los derechos humanos a pesar de tener las manos manchadas de sangre hasta extremos que superan con mucho los del propio nazismo, es precisamente el tema de esta bitácora. Ahora bien, entiéndase que si el motivo de mi negativa a aceptar el más mínimo resquicio de lenguaje o vocabulario antifascistas tiene que ver tambiéncon el respeto a las mencionadas víctimas, como es el caso, lo que desde luego no podré consentir será que se me confunda con los verdugos fascistas de otras víctimas a las que, como tales, debo igualmente respetar, so pena de incurrir en la más inmunda hipocresía. De ahí mi escrupuloso cuidado con los derechos de los reclusos en mi práctica profesional (y sindical) como funcionario de prisiones, una actitud que los ultraderechistas desprecian, por supuesto, de la misma manera que siempre han soslayado su propia condición de víctimas, poco «viril» de acuerdo con los cánones estéticos fascistas. A estas alturas, que se deba aclarar expresamente semejantes matices conceptuales tallados a golpe de genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, arrancados con dolor del devenir histórico pagando por ellos el precio de la vida de decenas de millones de inocentes, no deja de sorprender. Que la de «fascista» sea la principal «acusación» contra mí por parte de auténticos enanos morales (en algunos casos torturadores de profesión afiliados, eso sí, a sindicatos «progresistas»), pero también de significados docentes, filósofos, escritores e investigadores cuyo único reproche al plagio consiste en burlarse de su carácter chapucero, respetables «intelectuales» -profesionales del matiz- que se «fundamentan» empero en una rápida «consulta» al Google para estigmatizarme more NKVD…, es ya una vergüenza. Pero este escándalo tiene poca o nula importancia cuando lo comparamos con la existencia de atrocidades asesinas masivas de dimensiones cósmicas sobre las que tales «intelectuales» nada tienen que decir, aunque se empeñen en emitir patentes éticas y ruines descalificaciones -haz y envés de idéntico sacerdocio- respecto de personas que sí han –hemos– hablado alto y claro al respecto.

 
Quede pues, resuelta la cuestión de ahora en adelante. Esta página desarrolla un análisis y una crítica del antifascismo, pero no pretende reivindicar todo aquéllo que se relaciona con la ultraderecha fascista. Al contrario, políticamente, rechaza -y siempre ha rechazado, como demuestra el artículo de Xavier Casals- ese universo social en tanto que nauseabundo epifenómeno de la reacción cristiana, autoritaria, racista y antisemita. Todo ello en coherencia con la filosofía de Friedrich Nietzsche, fundador del «fascismo» (en un sentido metapolítico). Quien quiera oír, oiga. 
 
Jaume Farrerons
 

51 comentarios:

RLR dijo…

Nada más lejos de mi intención provocar cizaña o simples malentendidos, pero soy un lector habitual de la revista Nihil Obstat.

¿Debo inferir de sus palabras que usted la considera una publicación de extrema derecha?

Jaume Farrerons dijo…

Yo no he dicho esto. Me he limitado a constatar que Nihil Obstat se curó en salud del contenido del artículo. El motivo podría ser que no quería «herir la sensibilidad» de un sector de sus lectores. Pero esto es sólo una suposición mía. Que cada cual saque sus conclusiones. Este post no tiene por objeto determinar la línea editorial de Nihil Obstat, sino explicar a los lectores qué es lo que yo entiendo aquí por «fascismo». 

Sólo añadir que el nombre de la revista es una idea que el autor de este blog le dió a su primer editor y director, el Sr. Juan Antonio Llopart, y que he publicado en Nihil Obstat unos cuantos artículos defendiendo posturas de izquierdas. Si Nihil Obstat fuera de extrema derecha «tout court» los habría censurado. Pero si fuera de izquierda nacional, se habría ahorrado colgar advertencia alguna para desmarcarse de mi total ruptura con el fascismo ultraderechista. La verdad se encuentra seguramente entre alguno de estos dos extremos.

A. Manuel dijo…

Perfecto, Jaume, INTRA y ENSPO no son fascistas. Y, además, son antirracistas. Así puedes quedarte tranquilo, que no tendrás problemas con la mayoría de la sociedad, no… ; pero me sorprende que pongas como referencia un libro firmado nada menos que por Joan B. Culla, encargado en TV3 de manipular la historia contemporánea de España (especialmente la guerra civil) y de Europa (sobre todo el período de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial).

Bueno, y ya que has definido con más o menos precisión y claridad lo que entiendes por fascismo, aunque en mi opinión uno de los sentidos atribuidos (extrema derecha, etc.) poco o nada tenga que ver en realidad, ¿qué tal si haces lo mismo con la palabra «racismo»? ¿O es que simpatizas con SOS Racisme y con Movimiento contra la Intolerancia, por ejemplo?

Sin rodeos y directo al grano, hablando claro: como izquierdista-nacional, ¿te parece bien que un europeo, o sea, de raza caucásica (no porque tenga la «nacionalidad» de un país de Europa), se una con alguien de raza negra y tenga hijos con ella? ¿O tal vez hay que «redefinir» qué sea europeo? (que lo mismo es necesario hacer también una aclaración terminológica de «europeo», ¿no?). 

Hilando más fino: ¿aprobarías que un militante de tu partido se una a otra persona de raza de color y tenga hijos con ella? ¿Admitirías en tu partido a alguien de raza de color que tiene, eso sí, la nacionalidad española, de la UE o de algún otro país de Europa…? 

En definitiva, ¿qué entiendes por «racismo»? Porque ya me cansan esos malabarismos dialécticos para «quedar bien» con todos. Y dejamos por sentado que en todas las razas hay gente buena y gente nefasta, así que no me argumentes con las típicas comparaciones asimétricas como que es preferible una persona negra que es excelente a una persona blanca que es una piltrafa.

Vayan por delante mis respetos hacia ti. Un cordial saludo.

Jaume Farrerons dijo…

No me quedo nada tranquilo, y si supieras por lo que he pasado y sigo pasando, te darías cuenta de que lo que insinúas es absurdo o injusto.

He acusado a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial de ser los mayores criminales de la historia, ¿crees que con ello «quedo bien con todos»? En absoluto. Soy catalogado de fascista. Y acepto, en este contexto, la palabra «fascista» como un elogio. Pero tengo que aclarar el sentido que le doy al vocablo, porque no quiero que me confundan con los cabezas rapadas. ¿O estoy obligado a comerme las barbaridades de la extrema derecha, que me repugnan?

Mis posturas antirracistas no son políticas, interesadas, medradoras, provienen de mi educación filosófica. Adopté esta decisión teórica después de años de estudio sistemático de Heidegger y con una edad de 20 años. No hubo oportunismo, sino convicción intelectual. Y mi experiencia y conocimiento sobre los efectos del racismo no hacen sino confirmar aquélla decisión. No hay una sola gota de oportunismo en mi compromiso antirracista, a los hechos me remito, pero hay que conocer esos hechos antes de acusarme y este blog no es autobiográfico, no me dedico en él a hablar de mí mismo, pero si tengo que «demostrar» que, en mi caso, los «hechos» preceden a las palabras, lo haré. 

Me haces preguntas muy concretas. Que si un europeo debe casarse y tener hijos con alguien de raza negra. Pues bien, podría ocurrir que un blanco con CI 85 se casara con un negro con CI 116. 

O que un blanco que se dedica al robo y la violación se casara con una buena y honrada ama de casa negra.

Jaume Farrerons dijo…

Pero todo esto no tiene sentido para los racistas, que están ciegos ante las personas, sólo ven un ente llamado «raza». Que es como ir a la montaña y sólo importarle a uno la altura del peñasco, no sus bosques y fauna y orografía. Sólo un aspecto de lo que se muestra como «hombre» ven los racistas: cierta abstracción de rasgos morfológicos, ciertas regularidades que agrupan bajo la categoría de raza. Todo lo demás no existe. Además, si ellos pertenecen a la raza considerada superior, casualmente la suya, ya no hacen falta que demuestren con actos su excelencia humana, ellos son superiores aunque actúen como auténticos canallas (ejemplo, los skin-heads). 

Pues bien: no juzgo a los individuos por su raza, sino por sus actos. Las personas adultas y responsables deben poder casarse con quien consideren oportuno y tener los hijos que consideren oportuno. De su cultura dependerá a quién elijan como padres o madres de sus hijos. Es una elección moral que puede tener en cuenta o no el factor raza, por muchos motivos, pero es una elección privada en la que yo no oso entrar. Ningún policía o institución debe dictarles esa decisión. El precio que se pagaría por mantener semejantes sistemas de opresión sería demasiado alto. Al final todos seríamos quizá rubios con ojos azules, pero también sumisos idiotas manipulados por una burocracia. 

Rechazo como racistas las compulsiones políticas tendentes a mezclar o separar las razas, a pensar incluso las cosas en términos raciales, y no en términos de valores éticos. Prefiero un negro honesto que un pederasta o asesino en serie de raza blanca. Es más, cuando miro a alguien, la raza es sólo un dato anecdótico, cuya realidad no niego, pero pongo sólo en su justo lugar. Incluso físicamente, hay negros fuertes y con una apariencia estética admirable y blancos cuyo aspecto físico da pena. Acude a unas olimpiadas. Báñate de realidad: la raza blanca domina en algunos campos, pero en otros es irrelevante. 

En fin, para mí, lo más importante de las personas es su manera de vivir, lo que hacen y lo que han hecho. Sus valores. Las importancias que imantan las intenciones de sus comportamientos como fines. Un héroe negro vale más para mí que un blanco rubio y con ojos azules que dirija una mafia. 

Lo siento. Mi conciencia no me permite despreciar a las personas por su raza. Y digo esto con total convicción; quienes me conocen lo saben si han leído este blog. No estoy intentando blanquearme con un lavado de detergente políticamente correcto, he demostrado que siempre pensé así y me baso en la filosofía de Heidegger para sostener esta postura. No he cambiado en 30 años

Jaume Farrerons dijo…

¿Qué entiendo por racismo?

La tendencia a pensar las cosas y las personas en términos raciales, o sea, la ceguera más absoluta para los valores éticos, que es lo que importa. Tú ya te has curado en salud prohibiéndome haciendo comparaciones entre blancos deleznables y negros excelentes. No puedo aceptar esa prohibición, pues ahí está justamente el asunto.

Me preguntas si consentiría que en mi partido alguien se casara con alguien de otra raza,negra pongamos por caso.

Te respondo con otra pregunta: ¿crees que como presidente de la INTRA yo debo entrar a autorizar o desautorizar los matrimonios de mis afiliados o cargos? ¿Quién sería yo para hacerlo?

¿Y no te das cuenta que si lo hiciera, automáticamente ese partido se iría a la ruina? Aunque sólo sea por razones prácticas, te guardarás bien de cometer semejante torpeza.

Yo, por mi parte, no lo haré nunca, pero por convicción, por respeto, porque creo en la democracia, invento griego, invento europeo de dignidad y libertad.

Jaume Farrerons dijo…

Precisamente que el libro venga firmado por quien viene, un antifascista, que nos califique de antirracistas a pesar de haber nosotros cuestionado, en nuestra propaganda, los valores vigentes, da más credibilidad a nuestro antirracismo.

Frel dijo…

El significado del término «racista» está como no también manipulado por la ideología globalizadora y falsamente buenista que nos inunda y nos quiere organizar a su manera. Ser racista significa ensalzar las cualidades de una raza, o sea, es una exaltación racial, tal como lo afirma la R.A. de la lengua y ello no tiene que implicar discriminación alguna contra otra persona por los motivos que sean. Desde la manipulación mediática a la cual estamos sometidos diariamente nos quieren dar a entender con claros fines partidistas que racismo es dicriminar a una persona por cuestiones solamente raciales, cosa totalmente falsa, porque en todo caso si racismo significa discriminar a una persona, entonces puede ser por los más numerosos motivos a parte del racial,hay racismo clasista, laboral, sexista,etc… La envidia por ejemplo hace ser a la gente bastante racista, es un instinto natural, no es un invento de nadie, esa afirmación tan estúpida e incoherente de que el racismo es un invento de los ricos con el objetivo de dividir a los pobres no tiene sentido, puesto que dicho instinto no hace distinciones clasistas de ningún tipo.En resumen se llega a la conclusión de que todos somos racistas puesto que cualquier tipo de discriminación por serlo ya lo es y el que más y el que menos habrá discriminado a alguien por cualquier motivo, aunque haya sido de forma un tanto inconsciente.
Como es obvio el racismo no está ligado a ninguna ideología política, de ahí que resulta ridículo y patético que asocien el término racista al fascismo, el típico insulto sin sentido de llamar auna persona «fascista y racista» es el colmo de la manipulación mediática, o sea que según los canones del sistema el ser racista implica forzosamente ser fascista y viceversa, no hablo ya del también término asociado de «nazi»(apócope aplicado por los vencedores de la 2ª contienda mundial a la ideología NS), otra simpleza y tontería.¿Desde cuándo el racismo tiene ideología?, si como he comentado anteriormente es un instinto natural.Esto es para no parar de reírse…

Jaume Farrerons dijo…

Lamentablemente, el racismo no ha consistido históricamente hablando en la mera e inocente constatación de la existencia de razas. Esto se llama raciología, una rama de la antropología que, en principio, no debería conllevar un contenido doctrinal-filosófico y,menos todavía, político. 

Pero el racismo se convirtió en una ideología de la superioridad racial que justificaba, en la Europa colonial, la explotación de los pueblos llamados «de color». En la Segunda Guerra Mundial, las actuaciones de los Einsatzgruppen alemanes en Polonia y Rusia convirtieron además, el racismo, en una doctrina que justificaba el exterminio de determinados pueblos. 

Puede decirse que la guerra alemana en Rusia fracasó porque los alemanes consideraban a los eslavos una raza inferior y, pese a que los ucranianos recibieron al invasor como un liberador frente a Stalin, dicha ideología hizo imposible la alianza que una doctrina de valores éticos habría promovido. El racismo provocó, por tanto, que Alemania perdiera la guerra y la dignidad, pues su nombre se asocia a genocidio. ¿No ha hecho bastante daño ya el racismo? ¿Tenemos todavía que resucitarlo? 

El racismo ha quedado desacreditado desde 1945. Se puede volver al sentido original de la raciología, el estudio de las razas, las cuales a mi entender existen, pero hablar de razas superiores y razas inferiores es racismo. Y el racismo trae penosos recuerdos en Europa. 

Para mí, lo que importa no son la raza y los genes, sino los valores y la ética. 

Quede claro de una vez por todas que «racismo», en este blog, tiene un sentido negativo. Como raciología, merece el respeto que merezca cualquier ciencia, cuya primera virtud consistirá en ser verdadera. Pero la verdad va siempre por delante de las pretensiones de superioridad étnica y éstas no pueden arruinar las condiciones culturales y políticas que hacen posible la ciencia misma (=libertad, racionalidad, honestidad, verdad).

Jaume Farrerons dijo…

Y digo yo, ¿no cree el racista en el racismo porque considera que es una doctrina verdadera? ¿No coloca entonces la verdad por encima de la raza, puesto que si la doctrina racista fuera falsa, la abandonaría?

Y si fuese verdadera, ¿no la puede compartir con cualquier persona pensante, capaz de asumir la verdad?

¿Y si esa persona es de raza negra?

No refutaría la verdad del racismo el contenido discriminatorio de la doctrina racista en tanto que VERDAD susceptible de ser asumida por todos nosotros abstracción hecha de nuestra raza?

Una reflexión.

Frel dijo…

Si consideramos el racismo como un instinto natural, que en realidad es lo que yo aprecio, yo en este caso superaría el concepto de «doctrina», obviamente el concepto es aplicable a las demás razas, a las personas de raza negra también, puesto que está demostrado que ellos tienen el instinto como humanos que son, incluso hay sectores supremacistas entre ellos. Otra cosa es que se quiera aplicar sólo al hombre blanco como si fuera «el malo de la película», como si la raza blanca fuera si no la más mala la peor(no se en que, deberían explicármelo) y todo porque haya tomado según que iniciativas en más de según que aspectos a lo largo de la historia. En este sentido los defensores del igualatarismo se contradicen claramente porque si ellos dicen que somos todos iguales entonces por lógica se deduce que hay todo tipo de personas en todas las razas compartiendo los mismos instintos.
Sobre el tema del racismo vuelvo a dar mi opinión personal, no hay nadie que sea antirracista porque todos somos racistas si se concibe dicho término como una actitud discriminatoria. El antirracismo es pura manipulación mental, un arma que el sistema utiliza para llevar a cabo sus objetivos globalizadores, ustedes ya me entienden…

Jaume Farrerons dijo…

Suponiendo que fuera verdad eso del instinto racista, entonces los racistas no tendrían que preocuparse por fijar prohibiciones a fin de evitar la mezcla racial, ni existirían mestizos, etc.

Por lo demás, que algo sea un instinto no lo legitima éticamente. Precisamente, la civilización, los valores, la cultura, se definen como un límite establecido a los puros impulsos animales. No somos bestias. 

El argumento del instinto como legitimación de una política racista es contradictorio y atenta contra todo aquello que nos distingue de la naturaleza: la cultura. 

Por lo demás, el instinto racista no existe. Las razas se mezclan y se han venido mezclando a lo largo de la historia. Las evidencias de este hecho son apabullantes. O sea que, encima, el argumento, lógicamente, erróneo se basa también en una premisa falsa. Dicho sea sin ánimo de ofender y en el contexto del debate.

Frel dijo…

Yo cuando hago referencia al racismo como un instinto me refiero siempre aceptando el término que nos impone el sistema, que es el de la discriminación, sea del tipo que sea pero que el sistema lo reduce intrínsecamente al terreno racial con notorio interés manipulador, el hecho discriminatorio es algo natural en el ser humano. En otro mensaje ya expliqué que racismo en sí consiste en exaltar los valores y cualidades de una raza, lo cual en sí no implica que hay un instinto natural, aunque haya gente que lo asume y lo haga por su propia naturaleza. Esto no tiene por qué desembocar en actitudes discriminatorias, otra cosa es que una persona parta de la base de oponerse al mestizaje biológico porque lo encuentra perjudicial para todas las razas, defender la eugenesia racial no implica tener que discriminar a otros, este es el motivo por el cual hay racistas o racialistas(escoga el término que mejor le vaya)que se oponen al mestizaje. No estoy de acuerdo con la afirmación de que las razas se han mezclado siempre y se siguen mezclando, la inmensa mayoría de los humanos se emparejan con personas de su misma raza, tanto blancos como negros y amarillos, eso está ahí, demuéstreme lo contrario, otra cosa es que haya zonas del planeta que debido a experiencias coloniales se haya producido un mestizaje de carácter antinatural, como en gran parete del continente americano. No hay que confundir mezclar razas con que se mezclen los diversos fenotipos que hay dentro de cada raza. 
Un saludo

Anónimo dijo…

estoy totalmente de acuerdo con frel, no entiendo porque el sistema promueve el multiculturalismo y se nota que hay claras intenciones de incentivacion al mestizaje, fundamentalmente en los medios de comunicacion,tambien veo como se prohibe cada vez mas que el concepto de raza sea utilizado, yo veo en esto algo muy oscuro detras, sabemos que en america el mestizaje de los mismos mestizos creo una cultura muy caotica de seres que no se sienten identificados con nada, no tiene valores eticos, muchisimos, carecen de valores eticos y siguen a gobiernos dictatoriales, ya sea de derecha o de izquierda, son como ovejas. a mi entender, este comportamiento, es mas biologico que por cultura o nivel social, yo lo vivo todos los dias, nadie me lo cuenta.

Anónimo dijo…

en america, el mestizaje perjudico a todas las razas involucradas, parece una politica perversa hecha a proposito para perjudicar a los descendientes de las personas involucradas de diferentes razas,los aborigenes casi se extinguieron porque el mestizaje acabo con la cultura e identidad de muchos pueblos, mas que cualquier genocidio, en america las peronas se mezclan y se siguen mezclando, los politicos se aprobechan de esta situacion, incentivandola y trayendo a los lugares donde hay gente blanca, gente mestiza o aborigen, con la escuza de la inclusion, no permiten que los pueblos conserben sus tradiciones y culturas ancestrales, ni los aborigenes, ni los descendientes de europeos, si eso no es racismo, ¿el racismo donde esta?, mucha gente no lo quiere expersar abiertamente porque es politicamente incorrecto hacerlo y tratan de convencerse a ellos mismos que no es el mestizaje lo que produce estos sucesos caoticos y personas carentes de base cultural, pero yo sigo llegando a la misma conclusion, el mestizaje es perjudicial y esta siendo incentivado en el mundo por una mano negra.

Jaume Farrerons dijo…

Debo dejar claro que para mí las políticas de mestizaje son tan racistas como las de segregación. Es racista quien piensa y actua en términos/categorías raciales de forma exclusiva o prioritaria. La única posición éticamente sana es la que capta los valores y las actuaciones concretas de las personas independientemente de su adscripción social, racial, profesional o cualquier otra condición accidental.

Frel dijo…

Si racismo es ensalzar los valores y cualidades de una raza no tiene por qué actuar de una forma exclusiva y prioritaria, a no ser que el ensalzamiento sea muy acentuado, entonces se puede llegar a situaciones de carácter supremacista. Comparto también la definición de que las políticas de mestizaje son racistas ya que se sobrevalora el hecho mestizo frente al eugenésico, o sea, fomentar exclusivamente seres biológicamente birraciales con la intención de devaluar a los seres no mestizos. Como bien indica el anónimo y yo he señalado en el anterior mensaje hay interese por fomentar el mestizaje racial por parte de la oligarquía que nos dirige, pero no sólo eso, estamos asistiendo como están fomentando la cultura y religiones foráneas en detrimento de la cultura, tradiciones y religión autóctonas, incluso se intuyen intentos de suplantación de unas sobre otras. Esto lo estamos viendo en Europa desde hace unas décadas y concretamente en España desde hace una década con todo el proceso inmigratorio masivo impuesto por el sionismo globalizador.

Jaume Farrerons dijo…

Con esto llegamos al racismo sionista, a la extrema derecha supremacista hebrea, que utiliza el mestizaje universal para sus fines. Este fenómeno no dudo en condenarlo en este blog como máxima expresión actual del racismo. Pero de ahí no se puede pasar a legitimar, volviendo la tortilla, un racismo o un supremacismo arios o cosa similar. Simplemente, hay que condenar TODO racismo, el recto (supremacismo unilateral) y el oblicuo (mestizismo universal promovido en beneficio de un solapado supremacismo sionista).

Frel dijo…

La definición de racimo sionista es correcta, estoy de acuerdo, es en realidad lo que está ocurriendo en el actual panorama globalizador. Yo tampoco acepto el supremacismo racial,venga de la raza que venga, otra tema muy diferente sería debatir sobre la evolución de las diferentes etnias y las diferencias que pueda haber entre ellas, o ser partidario de defender la identidad de todas ellas,esto sería entrar en cuestiones antropológicas, lo cual a menudo por parte del racismo sionista se intenta asociar precisamente a cuestiones supremacistas, automáticamente se aplica el dogma de lo no políticamente correcto como arma para promover el mestizaje.

Jaume Farrerons dijo…

Políticamente, la única salvación del campo NR pasa por acusar de racismo al sionismo, la ideología oligárquica. No hay otro camino. Tenemos que ponerlos A ELLOS en el banquillo de los acusados. Toda pretensión de resucitar un racismo ario va en contra de esta directriz y debe ser combatida, y dejo ahora al margen las cuestiones teóricas y éticas que ya he expuesto para centrarme en lo estrictamente político. Mi polémica con Luna y Junco vino por ahí. Se sigue la directriz o no se sigue. En el caso de que no se siga, estamos en campos políticos opuestos.

Frel dijo…

Estoy de acuerdo con el término de acusar al sionismo como el más feroz de los racismos. Referente al racismo ario no creo que esta definición sea la correcta, la palabra ario tiene connotaciones geográficas-raciales en relación al origen de los pueblos indoeuropeos, pero en ningún modo tiene que ser sinónimo de pureza étnica, usted mismo en otros mensajes define bajo su concepto que la palabra racismo significa discriminación hacia otras personas por su origen étnico(para mí racismo engloba todo tipo de discrimanción, no sólo la racial), el término ario por lo tanto sobra.

Anónimo dijo…

Hubo un racismo ario. Léete «Aquellos hombres grises», los Einsatzgruppen en Polonia y Rusia. Si matar niños no es racismo, ¿qué es racismo? Respetemos la verdad en este blog, por favor.

Frel dijo…

Matar niños y adultos es producto de una guerra, porque a esos acontecimientos se refiere usted, pero no solo los mismos de siempre,debería usted de hablar de los crímenes cometidos por los aliados durante la segunda guerra mundial,en especial por los soviéticos e ingleses, precisamente en Polonia los soviéticos masacraron muchos más polacos que los alemanes, como por ejemplo en la matanza de Katyn perpetrada por los soviéticos a las órdenes de Stalin,en cambio se la atribuyeron a la Einsatzgruppen durante décadas y como estas otra serie de matanzas cometidas por los soviéticos, los soviéticos fueron mucho más racistas,de eso puede estar seguro,al igual que los ingleses con sus bomardeos sobre Dresde, Berlín, Hamburgo…Y no digamos de los americanos con las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, eso sí que es racismo ario,así que no venga con la historia oficial, está uno harto de tanto sionismo.No ponga sólo el ejemplo de los alemanes. Me parece que usted no conoce la verdad de este blog, precisamente en este blog se denuncia que los aliados son los mayores genocidas de la historia,lea atentamente este blog, no sea ridículo.
Entérese también que significa la palabra ario y cuál es su origen,en mi mensaje anterior lo explico brevemente.

el siguiente enlace:
http://es.metapedia.org/wiki/Einsatzgruppen

Jaume Farrerons dijo…

En este foro nos hemos ocupado de forma exhaustiva de los crímenes cometidos por los aliados en la II GM. No es el nuestro, precisamente, un sitio antifascista, como saben quienes lo visitan habitualmente. Decenas de entradas ilustran lo que digo. Pero de aquí no se puede seguir que ignoremos los crímenes cometidos por las potencias del eje. Lo que importa en este punto, si seguimos el hilo del debate, no es el crimen en sí, sino su motivación. 

La motivación de los Einsatzgruppen era racista. Se puede matar niños por otros motivos, pero los de esos exterminios era racial, ergo hubo un racismo ario radical que llevó a cometer dichas tropelías del mismo modo que en la actualidad el racismo sionista. 

Hay que admitir esto o nos encontraremos con una situación inversa a la actual, en la que se olvidan las atrocidades y genocidios de los vencedores de la II GM. Alemania manchó su honor para siempre con una política de limpieza étnica que ha acabado también con la credibilidad del fascismo en tanto que ideología. Se trata de una situación IRREVERSIBLE, pues aunque el holocausto se ha exagerado, no se puede sostener que todo él sea una pura invención.

Pero quienes queremos ser justos y atenernos a la verdad nos quedamos solos. Unos nos vuelven la espalda por no aceptar la inflada propaganda de la Shoah, otros nos cuestionarán por recordar que el genocidio de los hebreos a manos del nazismo es, en buena parte, una realidad incontestable. 

Seguiremos fieles a nuestra tarea: la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad.

Frel dijo…

Yo personalmente no niego los crímenes que llevaron a cabo los alemanes, pero hay que reconocer que a los mismos se les atribuían masacres llevadas acabo por los aliados «los buenos», he puesto el ejemplo de Katyn, esto es así,no me lo invento.Cuando los alemanes entraron en Ucrania los habitantes ucranianos lo vieron como una liberación frente al bolchevismo genocida,la historia oficial afirma lo contrario, otra prueba más de su falsedad, el genocidio(hambrunas planificadas) de los 7 millones de campesinos ucranianos por parte del estalinismo estaba demasiado reciente.¿Qué se entiende por limpieza étnica?, en teoría consiste en eliminar personas de otras etnias, pero este no es el caso, una guerra entre europeos no es una limpieza étnica, seamos analíticos y concisos. Lo del holocausto en sí no es que sea una exageración es que no existió y hasta hace bien poco era un tema innegable a nivel público porque de lo contrario podía tener consecuencis muy negativas para los negacionistas, hasta penas de prisión.No entiendo como entran personas haciendo propaganda sionista, que se lean mejor el blog.

Frel dijo…

¿Realmente cree usted que el genocidio sobre los judíos es una realidad incontestable?, creo que realmente usted no ha profundizado suficientemente en el tema, hay que tener en cuenta que cuando se habla de genocidio las cifras reales y los métodos son fundamentales y esto es lo que realmentge se falsifica.
Un saludo.

Jaume Farrerons dijo…

Estamos debatiendo si hubo crímenes cometidos por «racismo ario» y esto es indudablemente cierto. El caso de Ucrania, que usted cita, es sorprendentemente claro en contra de sus tesis. 

Los ucranianos recibieron como liberadores a los alemanes, pero ¿qué hicieron los alemanes? Rechazaron las ofrendas y trataron a los ucranianos como esclavos, como la raza inferior que, según la doctrina nazi, eran todos los pueblos eslavos. De ahí que los ucranianos, finalmente, se mantuvieran a la postre leales al bando soviético con escasas excepciones. Alemania perdió la guerra en Rusia por culpa de su política racial, nefasta, criminal y suicida.

En efecto: la pugna entre Erich Koch y Alfred Rosemberg por la política demográfica en Ucrania fue perdida por Rosemberg, que abogaba por dar un trato humano a los ucranianos. Hitler apoyó a Koch, un auténtico carnicero racista-ario. El motivo es que Koch reproducía con mayor fidelidad las directrices racistas del nazismo, mientras que Rosemberg daba una definición más amplia de europeidad, que incluía Ucrania. En fin, racismo ario. Un ejemplo histórico.

Jaume Farrerons dijo…

He dicho y repetido en este blog que el holocausto ha sido exagerado y utilizado de forma propagandística para ocultar los crímenes de los aliados, peores incluso que las atrocidades nazis. Pero dichas atrocidades nazis están ahí. El holocausto sólo se puede «exagerar» porque existe en él un núcleo de verdad que me parece incontestable. Los testimonios de cientos de miembros de los Einsatzgruppen en los juicios de la posguerra no pueden ser todos ellos puras mentiras. Y a los efectos de este debate dichos testimonios acreditan la existencia de un racismo-ario, nazi, con características criminógenas idénticas al sionismo. Los propios nazis reconocieron en Nüremberg haber aprendido sus pautas de conducta de los nacionalistas judíos. !No se puede criticar el fenómeno sionista sin sacar algunas consecuencias harto relevantes respecto del nazismo!

Frel dijo…

Debería usted demostrarme con documentos oficiales que el régimen NS consideraba inferiores a los eslavos y por ello se llevó a cabo dicha limpieza étnica, pienso que esos crímenes se llevaron a cabo por la propia naturaleza de la guerra, no porque tuvieran connotaciones étnicas,por esa regla de tres las hambrunas de Ucrania fueron llevadas a cabo también porque el bolchevismo consideraba inferiores a los ucranianos, lo de Polonia igual,masacres y detención como prisioneros de más de 300.000 polacos por parte de los soviéticos que fueron trasladados una parte a los gulags y otra parte fue utilizada como mano de obra esclava en las fábricas de armamento soviéticas(¿Consideraban inferiores a los polacos?).Le puedo asegurar que en Polonia la población hablan bastante peor de los rusos que de los alemanes. No hablemos ya de las atrocidades que los soviéticos realizaron en territorio alemán camino de Berlín, utilizemos el mismo patrón:¿Consideraban inferiores a los alemanes?. Referente al tema del tan sagrado holocausto decirle que oficialmente no hay ningún documento firmado por las autoridades alemanas(incluído el Führer) dando orden alguna de exterminio, esto está claramente demostrado por parte de historiadores revisionistas, hubo muertes que afectaron tanto a lo que quedaba de la población judía en Europa como a la población en general pero por el hecho de la guerra.

Jaume Farrerons dijo…

Los conceptos de Lebensraum y Drang nach Osten pertenecen a la ideología nazi. ¿De verdad tendré que buscarle los documentos donde se considera a los eslavos una raza inferior a los arios, nórdicos y alemanes? ¿Niega usted dicho elemento doctrinal en el nazismo? ¿Niega usted que Alemania pretendía colonizar Ucrania y convertir a los «nativos» en mano de obra barata esclava o servil para la «raza de señores»?

Frel dijo…

En un mensaje anterior explico brevemente el significado de la palabra ario, del ario indoeuropeo que nada tiene que ver con ningún tipo de superioridad racial, no confundamos,es que ya de por sí no puede haber superioridad racial de un pueblo europeo sobre otro, porque todos pertenecemos a la misma raza, lo que sí existen son diferentes fenotipos dentro de la misma raza, pero nada más.
Mire eso que usted me dice forma parte de la propaganda oficial, veo que en este sentido también cae en la trampa, el hecho de que Alemania tuviera que entrar en la URSS para defenderse de un ataque inmediato por parte de los soviéticos a Alemania por el este eso no implica que los alemanes tuvieran ese concepto de superiorodad sobre los eslavos y tuvieran el ánimo de esclavizar a los ucranianos, eso de «Raza de señores» ¿de dónde lo saca?¿Propaganda sionista?. Lo cierto es que Alemania perdió la guerra y eso que usted dice nunca se ha podido demostrar ni llevar a la práctica. Los ucranianos ya fueron masacrados y utilizados como mano de obra esclava por los bolcheviques, especialmente por Stalin, al igual que el resto de la URSS y parte de la población de los antiguos países llamados comunistas del este de Europa(Con el complot de las democracias occidentales). Mire el tema de la superioridad racial y el utilizar a ciudadanos nativos como mano de obra barata y servil pregúnteselo a los ingleses,franceses y a los mismos EUA que de esto tienen suma experiencia demostrada en sus aventuras coloniales.

Frel dijo…

En un mensaje anterior expliqué cuál es el significado de la palabra «ario», el ario indoeuropeo procede de medio oriente(incluida la India) y actualmente se encuentran abundantes poblaciones en Irán,Siria, con un fenotipo muy semblante al del europeo latino, es un concepto cuyo origen es definido por el budismo y el induísmo. Por eso esa afirmación de los «arios» nórdicos y alemanes hay que especificarla, ya que son arios como el resto de los pueblos de Europa(incluídos los eslavos). Alemania se divide en dos fenotipos originarios, los alpinos y los nórdicos, también hay que mencionar que una parte importante de la población alemana tiene un fenotipo del sur de Europa(Debido a las migraciones durante siglos). Con esto vengo a referirme que cuando se habla de arios nódicos y alemanes es ridículo hablar de seres de estatura elevada, cabellos rubios y ojos azules, esto es irrisorio o como decir que Hitler quería un prototipo de estas características en Alemania y otros países europeos, precisamente porque ni Hitler ni ninguno de sus más estrictos colaboradores reunían este tipo de características físicas, esta es otra de las mentiras del sionismo. De hecho fuera de Alemania durante el mandato de Hitler y durante la guerra había un dicho popular que decía(es una burla sobre el tema):»Eres tan erguido como Goering, tan alto como Goebbels y tan rubio como Hitler».

Anónimo dijo…

La doctrina del Lebensraum (espacio vital) y del Herrenvolk (pueblo de señores) no es propaganda de la posguerra. Es la doctrina nazi. El Drang nach Osten (impuslso hacia el Este) significaba que los germanos debían renunciar a su tendencia a desplazarse hacia el sur; en su lugar, debían hacerlo hacia el Este. El objetivo era Ucrania. No puede usted negar todo esto. Si es necesario, lo documentaremos. Pero me parece que ni los más furibundos negacionistas cuestionan estas cosas.

Anónimo dijo…

La Wehrmacht fue recibida a su llegada a Ucrania de una manera muy amistosa, practicamente, más como una liberadora que como una futura opresora; mientras la Wehrmacht estuvo al mando de la situación los ucranesos se sintieron seguros y colaboradores, el problema llegó cuando la Administración Civil se hizo cargo de la dirección de la vida ucranesa. 

El nombramiento del Gauleiter de Prusia Oriental, Erich Koch, hombre brutal y sin escrúpulo alguno a la hora de atormentar a la población civil, contribuyó tremendamente a que muchos ucranesos se «echaran al monte» como partisanos par ostigar a las fuerzas alemanas. 

Sus choques con el Ministro para los territorios ocupados del Este, Sr. Rosemberg, fueron continuos y extremadamente violentos durante toda la ocupación. Para Rosemberg, Ucrania debería de haber mantenido cierta autonomía política que hubiera a la vez servido a los intereses alemanes, es decir, hubiera servido como barrera antibolchevique alejando lo más posible la «peste comunista» de las fronteras del Reich, ayudando de esta manera también a la colaboración de la población ucranesa con el ocupante alemán. 

El problema radicaba en la diferente visión que tenía el Canciller del Reich en Ucrania, Erich Koch, de la presencia de Alemania en Ucrania, para este último, Ucrania no significaba más que un territorio ocupado en el que debería explotarse al máximo a sus habitantes y a sus tremendos recursos agrícolas en beneficio de los nuevos amos del mundo, los nazis alemanes, tal y como había dejado patente Hitler en su famosa obra Meim Kamp. 

En esta lucha entre Rosemberg y Koch, ambos se dedicaron a intentar buscarse aliados entre los jerarcas nazis. Koch fue apoyado por Goring, al que le interesaba la exlotación máxima de Ucrania en beneficio de su Plan Cuatrienal, además, la relación de Goring y Rosemberg nunca fue excesivamente boyante. 

Por otra parte Rosemberg tenía las de perder en esta lucha interna, Alemania necesitaba de mucha mano de obra y la población ucranesa podía aportar muchos trabajadores al Reich, pero mientras Sauckel imponía brutalmente el reclutamiento de éstos, Rosemberg era partidario de no utilizar medidas represoras para este reclutamiento, con ello alegaba que de esta manera los partisanos vería muy reducido sus incorporaciones entre la población civil. 

En cuanto a los grupos armados que se enfrentaron a los alemanes destacaron dos agrupaciones: los nacionalistas ucranesos (O.U.N) y el Ejército Insurrecto Ucraniano (U.P.A), ambos lucharon duramente contra los alemanes mientras duró la ocupación, y tampoco dudaron un instante en utilizarlas de nuevo en la lucha contra los soviéticos cuando «liberaron » Ucrania. 

En definitiva, Ucrania no fue más que otro caso en donde los alemanes fueron recibidos como libertadores y acbaron como opresores, recibiendo duros castigos por parte de los partisanos, y en una lucha entre jerarcas nazis en la concepción del llamado futuro «Orden Nuevo» que querían aplicar a los nuevos territorios ocupados.

Anónimo dijo…

CSDIC (Reino unido) INFORME SR, SRGG 209 (TNA, WO 208/4165).
GEORG NEUFFER – Generalmajor [general de división] – (General al mando, 20 División Antiaérea). Capturado el 9 de mayo de 1943 en Túnez.
GERHARD BASSENGE- Generalmajor – (General al mando, Defensa antiaérea de Túnez/Bizerta). Capturado el 9 de mayo de 1943 en Túnez.

Información recibida: 14 de julio de 1943

NEUFFER: ¿Qué dirán cuando encuentren nuestras fosas en Polonia? Los del OGPU (servicio secreto soviético) no pueden haber hecho nada peor. Yo mismo he visto un transporte en Ludowice ¿? Junto a Minsk; debo decir que era una visión espantosa. Había camiones repletos de hombres, mujeres y niños… niños muy pequeños. Es una imagen horrible. Las mujeres, los niños pequeños que, naturalmente, no sospechaban nada… ¡Terrible! Por supuesto, yo no miré cuando los estaban asesinando. La policía alemana estaba allí con sus ametralladoras ¿sabe usted lo que tenían alli? Lituanos o algo así, con el uniforme marrón, ellos eran los que lo hacían. Los judíos alemanes también fueron enviados al distrito de Minsk, y asesinados poco a poco, todos los que habían sobrevivido al otro tratamiento. Con “tratamiento” me refiero a alojamiento, comida, etc. Lo hicieron así: cuando se llevaron a los judíos de Fráncfort —cosa de la que se les informó sólo en el último momento—, sólo se les permitió llevar consigo cien marcos, y nada más, y después, en la estación, se les reclamaba esos cien marcos para pagar los billetes. Pero todo eso se conoce de sobra —si se llega a conocer en el mundo en general—, ¡por eso me sorprendió que nos alborotara tanto el caso de Katyn!
BASSENGE: Sí.
NEUFFER: Porque es una nimiedad, en comparación con lo que nosotros hemos hecho allí.

[Notas del editor: […] Aunque hay un Ludowice en la actual Polonia, Neuffer probablemente está pensando en otra localidad de la Rusia Blanca de nombre similar, cerca de Misnk. […] Su relato se refiere, seguramente, a las ejecuciones de marzo de 1942, cuando asesinaron a 5000 judíos. Neuffer fue trasladado fuera de Rusia en abril de 1942. […] Desde abril hasta noviembre de 1942, Neuffer fue oficial al mando de la 5. Flak. Div. en Darmstadt. En aquel momento allí se producían deportaciones de judíos a gran escala desde Fráncfort del Meno, que Neuffer parece conocer. Lo de Katyn estaba de actualidad desde que, en la primavera de 1943, los alemanes habían descubierto una primera fosa con 2000 cadáveres de oficiales polacos.

Neitzel, Sönke (editor): Los Generales de Hitler. Transcripciones de conversaciones secretas: 1942-1945 (Abgehört. Deutsche Generäle in britischer Kriegsgefangenschaft 1942-1945, 2005). Traducción de Cristina Pizarro, Editorial Tempus, Barcelona 2008. pp. 236-237. Notas pg. 497-498.

Anónimo dijo…

Cuando Goebbels expresa su desprecio por los pueblos bálticos y Ucrania simplemente sigue las opiniones de su Führer. Al igual que él, no distingue entre bálticos o eslavos, aliados o enemigos. Todos son simplemente subhumanos.

[Noche del 17 al 18 de septiembre de 1941]

Los pueblos eslavos no están destinados a vivir una vida propia. Lo saben y haríamos mal en persuadirles de lo contrario. Nosotros somos los que creamos en 1918 los países bálticos y Ucrania. Pero hoy no tenemos ningún interés en mantener los estados bálticos ni en crear una Ucrania independiente. Habrá igualmente que impedir su vuelta al cristianismo. Sería un gran error, sería darles una forma de organización.

Tampoco soy partidario de que haya una universidad en Kiev. Más vale no enseñarles a leer. No van a querernos porque les torturemos con escuelas. El solo hecho de darles una locomotora para conducir sería ya un error. ¡Y qué tontería, por nuestra parte, proceder a una distribución de tierras! A pesar de todo esto, haremos que los indígenas vivan mejor de lo que han vivido hasta ahora. Entre ellos encontraremos el material humano necesario para cultivar la tierra.
Proveeremos de cereales a todos los que en Europa carecen de ellos. Crimea nos dará los frutos del sur, el algodón y el caucho (40.000 hectáreas de plantaciones serán suficientes para asegurar nuestra independencia).

Los pantanos de Pripet nos mantendrán abastecidos de juncos.

A los ucranianos les proporcionaremos pañoletas, cuentas de cristal y todo lo que les gusta a los pueblos coloniales.

Las conversaciones privadas de Hitler (Bormann-Vermerke) Traducción de Alfredo Nieto, Alberto Vilán, Renato Lavergne y Alberto Clavería. Editorial Crítica, Barcelona 2004. pg. 27.

Anónimo dijo…

Una de las paradojas del pensamiento nazi: Goebbels acusa a “los judíos” de las dificultades que empiezan a tener los alemanes con los nacionalistas de Letonia, Estonia, Lituania y Ucrania. Unos nacionalistas que en una buena proporción colaboraron con los nazis para matar y saquear a sus compatriotas judíos. Las cifras de judíos que se dan en las actas de la “Conferencia de Wansee” del 20 de enero pasado son muy esclarecedoras. De los 11 millones de judíos que estiman que aún hay en Europa, sólo hay una única región que consideran completamente “libre de judíos”, Estonia.
6-marzo-1942

Un informe del SD da cuenta minuciosa de la situación en la Rusia ocupada. Es mucho más inquietante de lo que generalmente se cree. El peligro partisano aumenta de semana en semana. Los partisanos son dueños de algunas grandes zonas de la Rusia ocupada, implantando en ellas un régimen de terror. Los movimientos nacionalistas, por su parte, adquieren mayor insolencia de lo que supusimos en un principio. Y esto puede aplicarse tanto a los estados bálticos como a Ucrania. En todas partes los judíos se mueven procurando crearnos dificultades. Es comprensible, por lo tanto, que muchos de ellos tengan que pagar sus delitos con su vida. De cualquier forma, estoy convencido de que cuanto mayor número de judíos liquidemos, más consolidaremos la vida de Europa después de la guerra. No es posible dejarse ganar por el sentimentalismo. Los judíos son la desgracia de Europa. Tienen que ser eliminados; en caso contrario, correremos peligro de ser eliminados por ellos.

La situación alimenticia es muy difícil en las zonas ocupadas del Este. Millares y decenas de millares de personas se mueren de hambre sin atreverse a mover un dedo. Durante bastantes años tendremos que hacer frente a grandes problemas y excepcionales dificultades. Mucha agua habrá de bajar por el Rin antes de que esa zona haya sido integrada en la economía europea y sus ricos productos estén a disposición de nuestro pueblo.

Joseph Goebbels: Diarios (The Goebbels Diaries. Edición de Louis P. Lochner) Traducción de Eduardo de Guzmán. Editorial Los libros de Nuestro Tiempo, José Janés director. Barcelona 1949.

A. Manuel dijo…

Quisiera retomar el hilo original del debate, y exponer las siguientes puntualizaciones y conclusiones:

1.ª Que una persona vale por lo que es, por sus valores éticos, entre otros, y no por su raza («por sus rasgos morfológicos», como dice Jaume Farrerons, suponiendo que la raza sea sólo eso), es un hecho incontetable que ningún nacionalsocialista serio discutiría. Sin embargo, el nacionalsocialista serio se declara «racista» sin ambages, lo cual quiere decir que para éste el racismo no es lo que Jaume Farrerons da a entender. A los textos de Ramon Bau –representante máximo del NS en España– me remito.

2.ª Una conclusión de esto es que Jaume Farrerons se ha dejado engañar por la propaganda oficial (como ya dice Frei) y ha asumido el término «racismo» según lo entiende la ideología dominante. Supongo que es el precio que hay que pagar para que INTRA sea un partido legal… Naturalmente, sólo así se entiende que, si no acepta este hecho, su partido se venga abajo…

3.ª Jaume Farrerons no contesta a otras preguntas que le he formulado; pero voy a formulárselas de otra manera: ¿consideraría europeo a una persona de raza negra, por ejemplo? ¿O sólo si ha asimilado la cultura europea? En tal caso, supongo que a Jaume Farrerons no le quitará el sueño que dentro de unas décadas la población autóctona europea desaparezca si la población de color –suponiéndola «nacionalizada» europea— mantiene y aplica la cultura europea (que ya es soñar con optimismo…). Insisto: ¿por qué no apoya a SOS Racismo y al Movimiento Contra la Intolerancia?

5.º Hay algo que no entiendo en la actitud de Jaume Farrerons: ¿por qué considera «superado» el fascismo y, en cambio, no la izquierda? Si critica al «fascismo» en cuanto contaminado por la extrema derecha, los skins, etcétera, ¿por qué no critica también a la izquierda, cuya frontera con la derecha, desde hace décadas, ha desaparecido prácticamente? Mucha reticencia con el nombre de «fascismo», pero ninguna con el de «izquierda» (aunque sea «nacional»), hasta el punto de que el nombre de INTRA empieza precisamente por la «izquierda»…

6.º Si en el libro ese, Jaume Farrerons sale bien parado, me temo que en mucho habrá tenido que hacer concesiones (en cierto modo ya lo estamos viendo, como en el concepto de «racismo»), porque menudo elemento ese Joan B. Culla…

7.º La «democracia, un invento griego», sí; pero… ¿sabe Jaume Farrerons que los esclavos, las mujeres y los estamentos sociales más bajos no podían votar? ¿Sabe Jaume Farrerons que en Esparta, por ejemplo, no había democracia, que «la democracia es para los atenienses», como dijo el gran Leónidas? ¿Eran los espartanos menos griegos y menos europeos? ¿Sabe Jaume Farrerons que Atenas, por ser la más abierta de las ciudades-estado griegas, fue la que, sin discutir sus grandes aportaciones, recibió esa influencia hebrea que poco a poco, andando el tiempo, fue aumentando en mayor medida y dando lugar a la «modernidad», desde indicios en el estoicismo, pasando por el humanismo del Renacimiento, el racionalismo de Descartes y culminando en la filosofía de las luces? Al estupendo ensayo de José Javier Esparza, «Curso general de disidencia», me remito.

Me parece que me dejo alguna cosa más, pero por ahora valgan estas.

Un saludo.

Anónimo dijo…

A/ El racismo no es lo que Jaume Farrerons da a entender, quizá, pero ¿qué es el racismo? Usted no lo explica. Para Jaume Farrerons el racismo es una doctrina que afirma la superioridad de una raza sobre otra y, en el caso nacionalsocialista, la superioridad de la raza aria nórdica sobre el resto de las razas, hasta el punto de darle derecho a expulsar, esclavizar o exterminar a otros pueblos o etnias consideradas inferiores. Tanto la teoría como la práctica del nazismo están muy bien ilustradas en Ucrania o en las actuaciones de los Einsatzgruppen. Jaume Farrerons puede haberlo entendido mal, dada su notoria incapacidad, pero los hechos están ahí. 

B/ Jaume Farrerons no se ha dejado engañar por nadie, simplemente ha estudiado los hechos con objetividad: véase en este blog las entradas sobre los crímenes de los aliados. No veo el motivo por el cual Jaume Farrerons haya podido ser manipulado en esta cuestión y no en las otras. Afirmar que todo esto tiene una finalidad política, cuando Farrerons rechazó el racismo a los 20 años después de su lectura de Heidegger, es insostenible. La postura antirracista de Farrerons está ilustrada hace décadas, cuando la INTRA no existía y ni siquiera pensaba nadie que pudiera existir. Y, por otro lado, no creo que Heidegger resulte ser una fuente de información afín al “sistema”. ¿O sí? Pues bien, las críticas de Heidegger a la ideología racista de los nazis se remontan a los años 40 del siglo pasado en sus cursos sobre Nietzsche. ¿Es esto oportunismo de Farrerons o simple coherencia filosófica? 

C/ Jaume Farrerons ya contestó a las preguntas formuladas. Una persona de raza negra puede ser considerada europea si ha asimilado los valores europeos y actúa como tal, es decir, en función de dichos valores. Un blanco rubio con ojos azules de dos metros de alto pero pederasta, violador y drogadicto, ¿es europeo? Conteste, por favor, es usted quien NO CONTESTA. Jaume Farrerons no apoya a SOS Racismo y el Movimiento Contra la Intolerancia porque considera tan racista la obsesión segregacionista del sionismo (en beneficio de la ultraderecha judía) como el programa de mestizaje puesto en marcha por la oligarquía transnacional para producir una suerte de ciudadano mundial uniforme (color café con leche) que encarne el sujeto/objeto ideal de la futura sociedad mundial de mercado dominada por el capitalismo financiero. 

D/ La izquierda no es una ideología, sino una cuestión meramente táctica y relativa a las situaciones históricas en cada caso. Jaume Farrerons explicó esto de forma exhaustiva en su conferencia “Nacional-revolucionarios, ¿una opción de izquierdas?”. La puede encontrar en este blog y en la red. Más contundentemente no se puede fundamentar el motivo por el cual hay que situarse a la izquierda en la lucha por los derechos morales y materiales del Pueblo Trabajador Europeo.

Anónimo dijo…

E/ Jaume Farrerons no hizo concesiones en ese libro. Al contrario, ciertamente, se declaró antirracista, pero también anticapitalista y antimarxista. Publicó carteles en los que negaba los valores vigentes en defensa de la verdad como valor supremo. Condenó la muerte de millones de personas por hambre en África, sacrificados para mantener la sociedad de consumo occidental. Apeló a la cultura trágica frente al consumismo lúdico y la idiotez optimista. En suma, intentó construir Europa sobre el valor verdad, en un sentido trágico-heroico, pero no fue escuchado, sino ridiculizado por los propios camaradas social-patriotas, quienes preferían adorar a Jesús, el mismo personaje que metió en Europa los valores antiheroicos. 

F/ Jaume Farrerons no se chupa el dedo y sabe que los griegos tenían esclavos, que las mujeres no votaban en Atenas, etc. Pero, ¿ignora quizá quien escribe el post crítico que el programa fascista original de 13 de mayo de 1919 pedía el voto femenino y el sufragio universal en Italia, entre otras cosas muy de izquierdas? ¿Propone acaso quien protesta contra nuestra postura democrático-griega que defendamos el retorno a la esclavitud? Curioso europeísmo éste, que en vez de perfeccionar la democracia helena eliminando los elementos asiáticos (=servidumbre) propone salvar los elementos culturales asiáticos para mejor suprimir la democracia (griega, europea) supuestamente judía. Atenas no recibió influencia cultural hebrea relevante alguna, como no sea ya muy tardíamente la de Saulo de Tarso y su dios judío el Cristo. El estoicismo no es hebreo ni en los sueños de un borracho, sino un desarrollo de la filosofía helenística. Y el Sr. Esparza, a quien erige en ejemplo, trabaja para el PP y la Iglesia Católica, por si no lo sabe. Aunque al catolicismo, cuyos orígenes son precisamente hebreos (a diferencia del humanismo, las luces, el racionalismo, europeos hasta la médula) no lo nombra usted en su lista de “problemas” a eliminar. Así, según usted, Heráclito y Aristóteles serían filo-hebreos, pero Jesús de Nazaret, ario. ¡Precisamente el cristianismo, contra el que Esparza, al parecer, nada dice, encarnaría esa europeidad que conduce al Partido Popular! ¡Y la negación de la izquierda a esa DERECHA que tan bien sabe combinar la “disidencia” de los cursos con el liberalismo de Rajoy y las loas al Papa! 

Me parece que me dejo alguna cosa más, pero por ahora valgan estas.

Un saludo.

Anónimo dijo…

Lo que yo no entiendo es por qué esta gente que critican a Farrerons no fundan el Partido Racialista o Nacionalsocialista o cosa similar y se presentan a las elecciones. En lugar de eso, apoyan a Esparza y critican a Farrerons tildándolo de hipócrita, cuando Farrerons siempre ha defendido lo mismo desde el punto de vista ideológico (=los valores éticos). Yo no veo que Esparza agite el ideario racista, más bien, en los programas de Intereconomía, se utiliza la palabra «fascista» como insulto. Por ejemplo, los etarras serían fascistas… 

Y si conlleva un contenido ideológico y no meramente táctico, como pretende Farrerons, entonces no veo cómo se puede reivindicar la derecha allí donde se critica la izquierda. La legislación antifascista en España la promulgó también el PP.

Jaume Farrerons dijo…

Yo vi a Esparza con mis propios ojos en su programa de Intereconomía afirmando que la Iglesia Católica es la institución que con más seriedad persigue la pederastia y que los índices de abuso sexual infantil en la misma son irrelevantes comparados con los de otros colectivos. Dado que, al mismo tiempo, me había leído los libros de Pepe Rodríguez sobre el tema, y conozco las correspondientes estadísticas, mi estupefacción no ha cesado desde entonces. Cuando la «disidencia» se confunde con la obediencia al papa hasta tales extremos, el sentido de las palabras se hunde en la nada y cualquier cosa puede significar cualquier cosa. De todas formas, leeré el «Curso de disidencia» de Esparza. Aunque sólo sea para confirmar mis temores y no incurrir en el error (tan frecuente conmigo) de juzgar a alguien desde simples indicios.

LA IZQUIERDA DEL TERCER MILENIO dijo…

La posición de la INTRA es perfectamente coherente: apela a la verdad como valor supremo. Incluso los racistas, si argumentan el racismo es porque lo consideran «verdadero». Ningún racista diría: «sé que el racismo es falso, pero lo defiendo sabiendo incluso que es falso, simplemente porque nos negros me producen repulsión física». No obstante, los racistas son incapaces de asumir las consecuencias de este hecho. Puesto que un «negro» también puede comprender la verdad, y puesto que la verdad es la condición de posibilidad incluso del racismo como presunta teoría, entonces el racismo es necesariamente contradictorio. Todo sujeto de la verdad, independientemente de cuál sea su aspecto físico, es virtualmente el depositario del valor supremo. El racismo se resuelve en una cuestión de estética, una forma de hedonismo. Los arios serían más «guapos». Nada más lejos de cualquier planteamiento ético que semejante enfoque existencial. Puede funcionar para un grupo de skin-heads en una discoteca, pero ¿qué persona adulta y racional puede valorar a otra sólo por su aspecto físico?

Anónimo dijo…

Algunos no han entendido que hay cosas que no se pueden decir. Y que la fidelidad a la causa consiste en el silencio, hasta que llegue el momento de hablar. !Pero sólo cuando todos escuchen! !Sólo cuando la charla, el parloteo, no destruya precisamente aquello que quiere amparar! La tarea de los PROVOCADORES es impedir que ese aquél llegue tirando de la lengua a los pocos soldados que todavía luchan.

Anónimo dijo…

Nadie niega que las tropas alemanas cometieran crímenes en Polonia y en Ucrania, son producto de las guerras, pero los soviéticos mataron mucho más, no solo en Katyn,sino miles y miles de polacos masacrados por los soviéticos y más de 300.000 polacos apresados por los soviéticos y enviados a la URSS como mano de obra esclava, esto está ahí y es innegable, de hecho en Polonia los polacos hablan bastante peor de los soviéticos que de los alemanes.En Ucrania pues lo mismo, las hambrunas provocadas por el gobierno de Stalin provocaron alrededor de 7 millones de muertos en los años 30,un genocidio planificado,podíamos hablar también de los crímenes cometidos por los otros países aliados. Me sorprende que algunas personas sólo ataquen a los alemanes y lo demás parece que no haya existido, sólo reproducen el típico discurso que la historia oficial mantiene, con el componente judío, faltaría más,algunos no se quieren enterar de que la historia está llena de mentiras y por supuesto la escriben los vencedores.

Fran dijo…

¿La teoría del espacio vital no estaba fundamentada en la idea de crear un gran Reïch, un estado-nación europeo?, un expansionismo racional que no implicara el sometimiento de unos pueblos sobre otros,sino en la unidad y cooperación entre los pueblos europeos(algo muy diferente a la actual sionista Unión europea). Este tema es un tanto polémico por la interpretación que la historia oficial siempre ha dado. En realidad la teoría del espacio vital tal como la interpreta la oficialidad histórica la están aplicando los vencedores de la 2ª guerra mundial desde las conferencias de Yalta y de Potsdam.

Jaume Farrerons dijo…

En este caso, no se trata de los crímenes habituales que se cometen en las guerras. Los Einsatzgruppen eran unidades especiales encargadas de matar civiles, incluidos niños, siguiendo órdenes de la autoridad alemana (o sea, de forma PLANIFICADA) y por motivos racistas. 

Por favor, no me recuerden que los aliados y los soviéticos también cometieron esa clase de fechorías. Esto es algo a lo que el blog viene dedicándose desde hace años. La cuestión es que los alemanes también mataban niños en masa de acuerdo con un plan de exterminio.

Anónimo dijo…

Uno es neonazi o antifascista. La verdad no interesa. O sólo interesa para usarla contra las mentiras del adversario, mientras las propias mentiras se toleran con entusiasmo. El hombre es así. Sr. Farrerons: si pretende erigir el «partido de la verdad» es que no conoce la realidad de la política o, peor, la realidad del ser humano. Pero las respuestas de este blog deberían enseñarle.

Europa Gothorum dijo…

Un polaco se integrará en la sociedad española,argentina,francesa,it​aliana o alemana sin problemas, en cuanto aprenda el idioma. Mientras que un negro dominicano siempre será un elemento extraño. Un hijo de rumanos llegados a España, será español sin fisuras, pero un indio quechua que haya nacido en Madrid, en Londres o en Buenos Aires, jamas formará parte de nuestra concepción vital de nuestro pueblo, para él (La raza, la historia, la nación y las tradiciones, etcétera ) serán elementos con los que no se puede, ni podrá identificar jamás, como tampoco lo estaban sus ancestros, ni tampoco lo estarán sus descendientes venideras traidas por él en suelo europeo o las otras naciones de eurodescendientes lejos del continente madre… En definitiva el ser europeo está en la sangre, no en un documento de nacionalidad

Blut und Boden

Jaume Farrerons dijo…

¿A qué llamamos «integrar»? Habría que clarificar este término. Los políticos «blancos» y hasta «arios» que están saqueando y destruyendo Europa son personas «integradas» en su sociedad, tan integradas que la dominan y utilizan para sus fines: dinero y poder. Duran Lleida usa el dinero público para financiar su vida sexual, que incluye puti-clubs (por cierto, las putas son inmigrantes, en muchos casos, de otras razas). Los delincuentes de raza blanca, ¿estan integrados en la sociedad? Los negros que trabajan y no delinquen, que los habrá, ¿están integrados en esa misma sociedad?

En fin, la palabra «integrado» parece más bien un término estético. Un negro es negro y no se puede «integrar» haga lo que haga, siempre será negro entre blancos. Pero la cuestión es si esa integración puramente estética es más importante que la integración axiológica y, sobre todo, hay que responder a la cuestión de «a qué» se integra uno cuando toda la sociedad es ya un antro de corrupción dedicado sólo al negocio privado y los únicos que se salvan son personas que no están «integradas» en esa «mierda» ni quieren estarlo.

Evropa Gothorum dijo…

El mundo actual esta en decadencia porque los democratas capitales y los marxistoides ganaron la guerra. Asi de simple. el Sistema $ist€ma promueve, un mundo sin fronteras, inmigración al máximo, mestizaje, ateísmo internacional, marxismo… 

Sólo unos pocos sabríamos como reestructurar esto, sin caer en la trampa mortal de lo politícamente correcto y lo anti-europeo.

BELLEZA DE LA MUJER

7 de junio de 2014

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Sobran las palabras…

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un libro… y un «tebeo»…para dar las claves del MF («materialismo filosófico)

13 de abril de 2014

Un libro con sesenta autores y un tebeo dan las claves del materialismo filosófico

Los dos trabajos presentados ayer pueden adquirirse de forma gratuita en internet

13.04.2014 | 01:21

A la izquierda, en la mesa, el dibujante Juanjo Méndez; a la derecha, en la segunda fila, Gustavo Bueno.

A la izquierda, en la mesa, el dibujante Juanjo Méndez; a la derecha, en la segunda fila, Gustavo Bueno. Miki López

J. N. Como el saber llama al saber, la fiesta de cumpleaños en casa de Bueno -en la Fundación que preside y lleva su nombre- se saldó con la presentación de dos libros muy distintos. Después se sirvió un vino español como cierre.

En el salón de actos de la Fundación, donde unos minutos antes el propio Bueno había puesto punto final a su conferencia sobre Darwin y Linneo, comparecieron autores y editores para explicar sus trabajos.

Lino Camprubí, presidente de Nódulo Materialista -una plataforma creada en torno al pensador asturiano-, presentó al dibujante avilesino Juanjo Méndez, autor del «Panfleto materialista», un tebeo en el que expone con dibujos, textos y esquemas el núcleo central del pensamiento de Gustavo Bueno. El dibujante se remontó a sus tiempos de estudiante en un instituto avilesino, donde entró en contacto con libros como «Protágoras», de Platón, o «Monadología», de Leibniz, publicados por Pentalfa, la editorial de Bueno. Recordó sus comparecencias en debates de televisión y cómo le extrañaba ver que a los científicos nadie los discutía, mientras que a Bueno cualquier espontáneo le llevaba la contraria, «y es que todo el mundo se considera filósofo». Dijo que el materialismo filosófico es un manual de supervivencia.

Sin pausa se presentó el libro «Gustavo Bueno: 60 visiones sobre su obra», en el que diversos ciudadanos del entorno del catedrático responden a tres preguntas: cómo lo conocieron, qué obra los influyó más y qué aportaciones del filósofo son más importantes. Los editores de la obra, Raúl Angulo, Rubén Franco e Iván Vélez, repasaron sus particularidades.

Franco pidió que nadie se sintiese marginado por no figurar en la obra, que, obviamente, tiene limitaciones de espacio. Comentó que la primera cuestión se objetiviza como suma de respuestas subjetivas y afirmó que en el conjunto de las aportaciones se ve una perspectiva de futuro muy interesante.

Vélez dijo, por su parte, que Gustavo Bueno había fundado una verdadera escuela y que a la vista estaba en el salón de actos de la Fundación. Afirmó que la obra de Bueno le había cambiado la vida, y lo mismo a otras muchas personas, como se aprecia en el libro. Angulo se limitó a decir que en Google están accesibles gratuitamente los dos libros, «algo que no hace ninguna institución ni fundación», lo que fue contestado con un aplauso cerrado del público.

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NOTA DE YRANIA: Sobre el «Panfleto Materialista» hay información en Diciembre de 2014, en http://www.yrania.wordpress.com

PANFLETO MATERIALISTA

 

José Manuel Infiesta: “El gran error del arte contemporáneo es que ha querido destruir la técnica y el oficio”

3 de marzo de 2014

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José Manuel Infiesta: “El gran error del arte contemporáneo es que ha querido destruir la técnica y el oficio”
Publicado por: Guille Altarriba in Entrevistas 03/03/2014
Tal vez no os suene el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM), pero es una de las propuestas artísticas más interesantes de Barcelona ahora mismo por su planteamiento rompedor. Hace unos días nos abrieron las puertas en exclusiva del museo a Diario El Prisma y recorriendo las salas aparecieron unas cuantas preguntas que después le hicimos al director de este museo.
Si leísteis la otra entrevista que hicimos en el diario sobre arte, ahora encontraréis una visión totalmente distina. ¿Cuál de las dos posturas es mejor para entender el arte contemporáneo? Eso lo dejamos a vuestro juicio, lectores. De momento, hablamos con José Manuel Infiesta, director del MEAM.

El MEAM no sois un museo corriente. ¿De qué va?
El MEAM lo que pretende es un planteamiento filosófico. Este consiste en que el arte del siglo XX se ha caracterizado por la destrucción de la forma, por elevar la abstracción y la experimentación a algo sagrado, así como por la destrucción de los valores tradicionales. Pero ahora con el final del siglo vemos que el ciclo se da por satisfecho, la destrucción de la forma ya no da para más.
¿No queda ya camino por recorrer en esta dirección?
Cuando ya has destruido la forma, ya no hay más camino: está destruida y punto. Entonces la vida continúa, el siglo XXI sucede al XX y creemos que el arte se encuentra en una situación de esterilidad absoluta. Se está ahora en una situación poco menos que dictatorial en la que los poderes públicos mantienen este status quo de destrucción de la forma, de promoción de artistas absolutamente experimentales, de negación de las grandes generaciones de artistas jóvenes que hay que están buscando un retorno a los cánones clásicos, o a lo que ha sido siempre el arte: la figuración. En posturas más o menos revolucionarias, pero es ver que la destrucción del pasado no lleva a ninguna parte.

En este punto, me ha soprendido que muchos de los cuadros que tenéis aquí en el MEAM son revisiones de temas antiguos.
Sorprende mucho cuando hablas con estos artistas –que muchos tienen veinticinco años-, porque parecía que tenían que ser gente mentalmente muy joven y en cambio sus grandes maestros son Rembrandt o Velázquez. Son artistas que valoran lo que era la pintura de verdad y dicen “chico, es que no se ha vuelto a pintar como pintaban estos maestros”. Hay que reconocer lo que vale y crear a partir de ahí un arte nuevo, un lenguaje nuestro. Es decir, no hay que copiar a los grandes maestros, pero lo que no se puede hacer es negarlos. Es una postura absurda.
Al final, Tristan Tzara quería destruir los museos, pero Tristan Tzara está muerto y los museos están más visitados que nunca. Es una irrealidad, es una fantasía del siglo XX que se sigue manteniendo pero en la que el gran público ya no cree. El arte contemporáneo se está encerrando en sí mismo y adoptando una postura de represión. Es decir, tú no puedes ir a ARCO y llevar cualquiera de los cuadros que hay en el MEAM porque no te dejan, está prohibido. El jurado de ARCO no te acepta que tú lleves esta obra ahí. Todo esto es un montaje que se va aguantando pero que poco a poco se va resquebrajando. Si algo hemos descubierto nosotros es que la generación de artistas jóvenes es brutal. Se ha dicho que asistimos al final de un oficio, al final de la pintura… Y como has podido ver en las salas del museo, esto es mentira, hay cantidad de gente que pinta extraordinariamente. Precisamente en el último concurso de arte figurativo que organizamos desde la Fundación, Antonio López –que era miembro del jurado- dijo que “aquí hay unos 30 cuadros que podrían estar expuestos con toda dignidad en cualquier museo del mundo”, y eso no había pasado nunca hasta ahora: que artistas jóvenes pudieran volver a estar a la altura de los grandes clásicos. Son los pioneros en recuperar esa noción del Arte con mayúscula.

¿El arte contemporáneo tiene algún valor entonces?
Bueno, eso depende del valor que le dé cada uno… Para mí no tiene ningún valor. Aunque hemos de matizar eso de “arte contemporáneo”: hoy en día aún se considera a Picasso o Miró arte contemporáneo y han pasado ya más de cien años… Para mí esa ruptura de la forma queda ya como un hecho histórico que no da más de sí. Es decir, para mí un váter puesto en la sala de exposiciones como hizo Duchamp no tiene ningún valor. O más bien tiene valor artístico el hecho rompedor de colocar un váter en la sala de exposiciones, pero una vez acabada la exposición, esa pieza no deja de ser un váter corriente. ¿Por qué ha de seguir costando una millonada si ya no tiene ese sentido artístico? El que le quiera dar valor, se lo da, y el que no, pues no. Es una cosa totalmente subjetiva. Un cuadro tiene valor de por sí, un váter, no.
¿Lo que le da valor al arte es la técnica entonces?
No, lo que le da valor al arte es el efecto subjetivo del que le quiera dar valor. Hay muchas fundaciones de grandes entidades que en los 70 y 80 compraron grandes construcciones como un montón de arena con unas sillas y una pala, o unas cajas… Eran construcciones que valían medio millón de euros o un millón, que estaban en la Bienal de Venecia y estas ferias… Hoy en día estas entidades tienen estas construcciones en un almacén contabilizadas por un millón, o medio millón… Pero lo que hay allí es un montón de arena, unas sillas y una pala. ¿Realmente qué es lo que vale un montón de arena con sillas y pala, si lo quisieran vender? Pues valdrá diez euros, pero en sus libros de contabilidad consta quinientos mil. ¿Vale quinientos mil o vale diez? Para mí es evidentemente y descaradamente un montaje, una gran manipulación del arte que ha servido para que una gran clase financiera y una gran clase poderosa se hiciese millonaria manipulando el arte contemporáneo.

¿Pero es arte o no es arte?
Yo no soy quién para decir si esto es arte o no es arte: yo sé que a mí una obra de ese tipo no me dice nada. Lo que digo es que hay un agravio comparativo entre, por ejemplo, un cuadro de Jackson Pollock –que vale fortunas- y alguno de los que tenemos por aquí en el museo, que valen poquísimo y que para mí tienen una carga artística brutal. Se está pagando un nombre, no una obra de arte. Se está pagando una firma. Un cuadro de Jackson Pollock si en vez de hacerlo él lo hiciese Jacobo Alcalde valdría 3000 euros, y el cuadro sería el mismo. Un cuadro de Jacobo Alcalde vale 5000 euros y para mí es extraordinariamente mejor que cualquiera de Pollock. Aún así, yo no soy quien para decir si lo de Pollock es arte o no es arte, pero lo que sí que puedo decir es que no vale lo que cuesta. Pero esto son juicios apriorísticos, en el momento en el que yo quisiese imponer mi criterio cometería el mismo error que han cometido ellos: imponer una dictadura formal en el arte y decir qué vale y qué no vale. Es terrible pero es lo que han hecho: un Henry Moore vale cien mil veces más que un Despío o un Burdel, y estos eran escultores extraordinarios del siglo XX. ¿Quién decide esto? Evidentemente, no es el gran público, porque al gran público le sigue gustando más un Despío, un Burdel o un Rodin que no un Henry Moore.

Ahora que habla de Rodin, visitando el museo he visto la escultura “Bye Bye Rodin” y no acabo de entender su título…
El autor es un escultor andaluz de 27 años -un gran escultor- y ha desarrollado su obra influido por Rodin. Tiene quince o veinte piezas extraordinarias influenciadas por Rodin, y ha llegado a un punto en que él se da cuenta de que no puede seguir por este camino y esta es la última obra que hace. De ahí el título: “Bye Bye Rodin”, porque quiere iniciar un camino nuevo, pero él no sabe cuál será. Lo que sí que sabe es que no puede seguir imitando a Rodin, tiene que hacer su propia andadura.
Esta es en realidad la filosofía del MEAM, ¿cierto?
Exactamente. Es todo un ejemplo de cómo un chaval de 27 años que es muy bueno –que no se cotiza, por supuesto, pero que para mí es extraordinario- está empezando a hacer su propio camino. Lo que es brutal es que al mundo del arte oficial esto no le interese para nada. En este sentido, la reacción del público es muy significativa. Cuando la gente sale del MEAM se queda asombrada. La gran pregunta siempre es “¿Y de dónde sale todo esto? ¿Y por qué no lo hemos visto en otras partes?” Y eso es un hecho real, ¿por qué a la gente esto le encanta, por qué no lo hemos visto en otras partes y por qué esto no puede estar en otras partes? Si son artistas de Madrid, de Sevilla… ¿Por qué no pueden estar en museos de Madrid o en Sevilla?
¿Este es el único museo de este tipo en España?
En España y te diría que también en Europa. Porque todo lo que es arte contemporáneo se identifica con lo que es experimentación, como en el MACBA -el Museu d’Art Contemporani de Barcelona-. El MACBA para mí es una gran caja vacía. El hall de ese museo es el doble de grande que todo el MEAM y no hay ni una sola obra de arte… Es decir, con la mitad de su hall nosotros hacíamos un museo y ellos hacen una caja de aire. Ellos tienen un presupuesto de un millón de euros al mes para poder sobrevivir, nosotros tenemos entre treinta mil, cuarenta mil euros al mes y nuestra actividad es mayor que la del MACBA. Las comparaciones son terribles, porque además nosotros no tenemos ningún apoyo, ninguna ayuda ni ninguna subvención. Para mí, es la dictadura de la forma.

¿Y le queda futuro a esta dictadura de la forma?
Hombre, yo espero que no. Si creyese lo contrario, sería mi desesperación. La prueba es que no hay público: si tú vas a la Fundación Tàpies, por las mañanas verás a dos o tres colegios que van, y si vas a horas que no haya colegios, estarás solo en ese lugar. El público no va. Ahora, el día que haya que hacer una gran ceremonia, habrá allí un cuadro de Tàpies; el día que el gobierno catalán se reúna, estará presidido por un cuadro de Tàpies; el día que se nombre hijo ilustre a un gran artista del país, estará el señor Tàpies… pero el día que haya que hablar de lo que a la gente, al público, le gusta, no estará Tàpies.
En este sentido, podemos hablar de una desconexión entre el arte oficial y la percepción del público…
Totalmente. Desde mi punto de vista, hay una gran desconexión entre los intereses creados por los poderes políticos y los poderes financieros y la realidad del gusto de la gente. Pero esto no solo pasa en artes plásticas, en música ha pasado también.

Entonces, la pregunta que surge es ¿por qué? ¿por qué se sigue manteniendo esto en contra del gusto del público?
Bueno, habrá que ver el valor de la obra que hay, el valor del montaje que se ha hecho cuánto vale, habrá que ver las grandes fortunas que se han hecho con estas obras… Supongo que hay que conservar un status quo, y no solo a nivel español, sino mundial. EEUU es el gran centro del mundo de estas obras. También, por contra, EEUU es el gran centro de la renovación a nivel artístico, de la vuelta a la figuración.
Es lo que sería Don Eddy, ¿no? La exposición temporal que tienen ahora mismo en el MEAM.
Exacto. Don Eddy es uno, pero también está Lisa Harper o cantidad de artistas americanos que están teniendo un éxito brutal. Don Eddy pertenece a la generación de los hiperrealistas americanos, la de los años 70 u 80 que hoy en día son un clásico. Fueron como una reacción a la situación de caos del arte y fue una cosa divertida, bonita, simpática… Fue querer convertir la fotografía en arte, y es que en ese momento la fotografía no se consideraba como tal. Fueron unos de los que lograron eso, y lo hicieron no a través de la fotografía en sí, sino utilizándola para crear la obra de arte. De esa generación quedaron unos cánones que han servido para el arte de finales del siglo XX, para el hiperrealismo con pintura y utilizando métodos que entonces eran nuevos, como los aerógrafos.

Pero cuando vemos un cuadro hiperrealista que es indistinguible de una foto, ¿qué sentido tiene? ¿No sería lo mismo ampliar la fotografía e imprimirla?
De hecho, a mí el término “hiperrealista” no me gusta: mi museo no es de “arte realista”, mi museo es de “arte figurativo”. Dentro de la figuración, sí que es cierto que hay una parte que es -un poco como reacción a la abstracción- que consiste en una exageración de la figuración hasta términos fotográficos. Yo creo que es una reacción humana, natural, es como decir “¿Nos han obligado a destruir la forma? Pues vamos a demostrar que se puede pintar la figura mejor de lo que se ha pintado nunca”. La fotografía, en este sentido, es un medio para llegar a este extremo. Obviamente, si el cuadro pintado es igual que la foto, ¿para qué quieres el cuadro?, pero estos artistas buscan superar la fotografía, no imitarla. Se busca que el resultado sea menos frío que una foto, que sea más expresivo, más brillante…
Paseando por el MEAM, he visto algunos cuadros que me han llamado la atención. Por ejemplo, en este sentido que apuntas, hay uno que se llama “La crisis” bastante interesante…
Este cuadro es de Mikel Olazábal, un pintor muy subyugado justamente por toda la mística española de la conquista y todo eso. Pero fíjate que ese cuadro -que representa a unos conquistadores españoles del siglo XVI- se llama “La crisis”. ¿Qué quiere decir con eso? Él te está explicando que “crisis” era aquello, no lo que tenemos ahora. Ahora nos quejamos de que hay crisis y tienes un coche, y gasolina, y comiendo pollo a l’ast, y yendo al cine o a bailar con tu novia. No, la crisis era estar con una armadura en medio de la selva sin nada que comer, sin nada de qué vivir, avanzando durante siete años… Aquello era crisis. Entonces la propia pintura te está planteando un problema filosófico, que es que te estás quejando, porque somos unos mierda en comparación con aquellos hombres. Aquellos hombres, aunque su crisis era mayor, tenían unos ideales: estaban conquistando el mundo. La pintura, con el propio título te lleva a toda esta serie de divagaciones.

Ahora que hablas de ideales, sí que me he dado cuenta mientras pasaba por las salas de que no hay nada de arte sacro…
Sí, aunque aquí hay una cierta influencia de mi ideología personal, ya que al fin y al cabo soy quién ha hecho el museo. A mí el tema sacro, el tema religioso, simplemente no me interesa, lo considero superado. Otro te podrá decir lo contrario, pero yo creo que el mundo moderno ha superado el concepto religioso. Aunque yo creo que el arte en sí ya es un tema sacro. Al hombre contemporáneo yo creo que se la ha quedado pequeña la religión, pero el que tiene sensibilidad, el que tiene un concepto de la ética, sustituye la religión por el arte. Ya dijo Wagner que el arte puede ser la religión de los nuevos tiempos. El arte del MEAM puede llegar a ser sacro, aunque no sea religioso, ni católico, porque hay artistas aquí que están dando la vida por unos ideales, y esto me parece igual de sacro que el que da su vida por unos dogmas. El concepto de ética creo que está muy presente en nuestro museo y en el comportamiento de nuestros artistas, porque a ellos les sería más fácil hacer otro tipo de arte, el arte oficial, en el que serían maestros.
Su trabajo va en este sentido…
Sí, mira, hacemos un concurso de arte figurativo que ya va por su 7a edición en el que más del 60% de los participantes no son españoles. Esto significa que estamos creando una gran corriente internacional. Es un proyecto muy potente: tenemos una fundación, hemos abierto un museo, hay un concurso internacional, el año pasado abrimos una academia: la Barcelona Academy of Arts, que es la primera vez en España que una academia enseña pintura y dibujo con los cánones del siglo XVIII, con los modelos y las formas de trabajar de esa época, y que está vinculada a las otras cuatro únicas academias de este tipo que hay en todo el mundo: Florencia, Nueva York, Toronto y Los Ángeles. Tenemos otros proyectos en marcha de abrirnos a exposiciones itinerantes en museos europeos.

Sin embargo, toda esta corriente de arte formalista del que se quejaba surgió en su inicio como reacción al arte de las academias. ¿Abrir una academia es como una contrarreacción a la reacción?
A ver, yo personalmente soy muy antiacadémico, considero que el arte no ha de ser académico, pero eso no quiere decir que no haya que saber la técnica. Es decir, antiguamente un escultor tenía su taller con aprendices que trabajaban allí y aprendían el oficio. Eso era la academia: aprender el oficio. Cuando ya lo dominaban, se independizaban y montaban su propio taller. Ser enemigo de la Academia en tanto que enemigo de la rigidez, del formalismo, no significa que no hayas de aprender el oficio. El gran error del siglo XX es que ha querido destruir la técnica y el oficio. Lo que es un error es pretender pintar sin saber pintar: eso es una petulancia y una arrogancia increíbles. Aunque el concepto de academia no me interesa, es necesario. Sin eso, no hay arte.
Por tanto, como conclusión, ¿qué diría?
Que hay falsos revolucionarios que niegan la academia, pero lo que están demostrando es que son unos ignorantes: los verdaderos revolucionarios han respetado el pasado. Han respetado a los grandes hombres del pasado, han respetado la estética y la ética. Y sobre esa base, han sabido volar. Han sabido construir, no destruir; construir desde una base. Si no tienes base, eres una barca en el océano que no sabe adónde va.

FUENTE:
http://diarioelprisma.es/jose-manuel-infiesta-el-gran-error-del-arte-contemporaneo-es-que-ha-querido-destruir-la-tecnica-y-el-oficio/

10 COMENTARIOS:
Miguel Enrique Gamez Gomez
07/03/2014 at 18:07
Para qué dar vueltas estamos donde empezamos, la abstracción absolutista y tajante ya no da más. Es la fábula personificada y viva “El traje nuevo del emperador”, y quieren negarle al público su capacidad de pensar y decidir, pues lo que se mira y no se entiende si se puede juzgar. Se respeta y reconoce a los pioneros que nos llevaron hasta el límite de esta filosofía, pero nos llevaron al límite de lo soportable, al borde del precipicio donde ya no existe un milímetro de camino. Así que debiéramos conformarnos con sólo imitarlos, pues no existe tan siquiera otra orilla en la que pudiéramos pensar para poder construir un puente y llegar a ella para continuar.

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José Manuel García «Jomi»
06/03/2014 at 14:46
Excelente articulo. Yo no creo que nada sustituya nada, sino más bien todo se añade, y tampoco creo que esté todo dicho en ningún campo, ni abstracción, ni figuración. Gracias.

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Carlos Avilés
06/03/2014 at 08:30
Interesante saber que aun existen personas que apoyan la técnica figurativa para seguir legitimando la pintura tradicional. Eso está bien, cada grupo tiene derecho de defender su espacio, pero lo que me parece cuestionable es la posición fanática e intolerante con respecto a otras formas de creácion desarrolladas en el siglo XX. El “arte moderno” y su hijo el “arte contemporáneo” vinieron para quedarse ya que son el espejo de la tecnología de la imagen y de los adelantos científicos fuera de la mímesis. Así como la “perspectiva” en la pintura era la última técnica del Renacimiento agrario y premoderno, el video y la instalación responden a las nuevas formas de vida pos-industrial donde todo se fragmenta y es nómada. En fin, el arte moderno tiene su historia, principios y métodos y hay que conocerlo para poder apreciar y leer las obras experimentales en los museos y las ferias de arte. Mucho se ha escrito sobre este tema por eso hay que informarse.

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Miguel Enrique Gamez Gomez
06/03/2014 at 18:15
Yo estoy convencido de que el arte se ha delimitado a un grupo selecto y reducido de ilustrados, olvidando sus orígenes que fueron la necesidad del hombre de comunicarse con los demás. Todavía en el mundo hay países tercermundistas, donde existe analfabetismo y los cuales no comprendemos en la gran mayoría de las veces el sentido de la obra o la idea principal de esta, porque tanta abstracción nos resulta aunque nos lo expliquen o platiquen indescifrable. Y esto nos relega del grupo de los entendidos y nos aísla en nuestro razonamiento mediocre. Que tiempos los de antes donde un cuadro o una imagen podían unir ideales y formar una revolución, esa si que era comunicación semejante al facebook de hoy. lo que los menos entendidos queremos es que se nos incluya en la comunicación no que se nos relegue de ella.
Miguel Enrique Gamez Gomez
07/03/2014 at 17:52
Para qué dar vueltas estamos donde empezamos, la abstracción absolutista y tajante ya no da más. Es la fábula personificada y viva “El traje nuevo del emperador”, y quieren negarle al público su capacidad de pensar y decidir, pues lo que se mira y no se entiende si se puede juzgar. Se respeta y reconoce a los pioneros que nos llevaron hasta el límite de esta filosofía, pero nos llevaron al límite de lo soportable, al borde del precipicio donde ya no existe un milímetro de camino. Así que debiéramos conformarnos con sólo imitarlos, pues no existe tan siquiera otra orilla en la que pudiéramos pensar para poder construir un puente y llegar a ella para continuar.
barayon
06/03/2014 at 03:58
un excelente articulo, felicitaciones

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Hidari Ortiz
06/03/2014 at 00:52
jajajja resentidos–

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Miguel Enrique Gamez Gomez
06/03/2014 at 18:53
Su comentario me recuerda a una gran y hermosa fábula “EL TRAJE NUEVO DEL REY”
charlie-
05/03/2014 at 20:31
¡Dios mío, qué ganas tenía de escuchar a alguien hablando de Arte con sentido común!

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cecilia gutiérrez
05/03/2014 at 18:24
Excelente nota! felicitaciones! me encantó!
FUENTE:
http://diarioelprisma.es/jose-manuel-infiesta-el-gran-error-del-arte-contemporaneo-es-que-ha-querido-destruir-la-tecnica-y-el-oficio/#comments

La sexualidad hombre-mujer es sana… (Muy grave es tener que afirmar lo evidente)

17 de May de 2013

antipapa1

Activista «gay» … que pretende estar
luchando contra el «Sistema»…en la Puerta del Sol, en Madrid.

(La estatua del Oso y el Madroño alude al escudo de la Ciudad que es capital de España y centro geográfico de la Península Ibérica).

YRANIA reproduce de elmanifiesto.com esta fotografía que, por supuesto, no representa la sexualidad sana entre hombre y mujer sino una escena estúpida y grotesca… que parece significar que los presuntos indignados luchadores contra el «Sistema» quieren sodomizarlo…, pero lo que ellos no saben es que realmente no luchan ni son enemigos del «Sistemsa» sino sus más  sumisos adalides.

También el texto que sigue a continuación es original de www.elmanifiesto.com y su autor es Adriano Errigel:

Cada época tiene los líderes morales que se merece. Durante una gira por Rusia y rodeada de parafernalia con cruces ortodoxas destruidas, la cantante Madonna denunciaba el verano pasado la opresión de los gays y llamaba a la movilización de la población rusa a favor de los LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales) en el país euroasiático.

Una exhortación que se enmarcaba en la campaña del show-business internacional a favor del grupo punk femenino «Pussy Riot» y a su actuación  improvisada en el altar de la Catedral de Cristo Redentor en Moscú: un «concierto» en el que se atacaba a la Iglesia ortodoxa y al presidente Putin, y de paso se ridiculizaba la simbología religiosa del país.

En principio la cosa no iba de gays, pero tarde o temprano éstos no podían faltar, porque no hay boda sin tía Juana. Con lo que ya están en escena todos los elementos de la lucha cósmica entre el Bien y al Mal: la libertad de expresión frente a la Inquisición, los artistas transgresores frente al clero casposo,  los demócratas frente a los opresores, los progresistas frente al oscurantismo de la Iglesia y el Estado. Mensaje subliminal: el régimen de Putin no es legítimo, porque carece de esa legitimidad de fondo que confiere el respeto a los derechos humanos. Como lo demuestra al enviar al trullo a las Pussy Riot y al perseguir a esas minorías sexuales para las que Madonna exigía tolerancia.

El problema de Madonna es que hace ya tiempo que ha dejado de ser un ser humano. Como otros de su especie no es más que un producto artificial, una terminal del complejo industrial-espectacular globalizado  –o del «entetanimiento» (Tittytainement), en expresión acuñada por Zbigniew Brzezinski–. El Sistema habla por su boca y eructa consignas para alimento espiritual de Homo Festivus.

Tolerancia. Cuando el Imperio empieza a insistir sobre la tolerancia, conviene allanar el camino hacia el refugio antiaéreo. Hay que ser tolerantes. Y si es preciso les hacemos tolerantes a bombazos. Tolerantes hicimos a los serbios, a los iraquíes, a los afganos, a los libios. A los palestinos les damos cada día una lección de tolerancia. ¿En que consiste la tolerancia? Aguarden nuestras instrucciones.

El régimen de Putin no es tolerante. Véase si no su incalificable agresión contra los derechos humanos al no permitir la celebración de cabalgatas del «orgullo gay», o esa atrocidad de prohibir la «información» (propaganda, en el texto de la ley) a los menores de edad en las escuelas sobre temas como la homosexualidad, el lesbianismo, el travestismo o la pederastia. Atentados ambos contra la dignidad humana que claman al cielo y que remueven la santa ira de las conciencias virtuosas del universo. Levanten los brazaletes rosas. Todos a una. No nos moverán.

Hablamos de brazaletes rosas o blancos, porque está claro que al régimen de Putin no lo vamos a corregir a bombazos. Tarea imposible. Aquí entra en escena otro tipo de estrategia, las estrategias de poder blando que tan buenos réditos dan en la sociedad globalizada de la información.

¿Poder blando? En el contexto estratégico de la globalización, este concepto se define por la capacidad de influenciar la concepción que el otro tiene de sí mismo y de su propio interés, de forma que pase a actuar de conformidad con los intereses de la superpotencia. El poder blando es «un mecanismo adicional para el mantenimiento de un imperio informal, a través de la difusión de un conjunto de ideas y valores bien articulados y proyectados al mundo. Por ejemplo, mediante programas de intercambio académico, la estandarización de los medios de comunicación de masas a nivel global o la difusión de sus formas de entretenimiento».[1] Difusión de ideas y valores, ahí está la clave.

Y aquí entra en escena la militancia gay y su capacidad de agit-prop. Lo que nos interesa aquí es analizar el papel instrumental de algunos movimientos gay en las técnicas de agitación y control social a favor del proyecto hegemónico norteamericano. Y veremos que aquello que a primera vista parece una anécdota en realidad no lo es tanto, si consideramos su relevancia dentro de un marco más amplio.

Las preocupaciones del Imperio

Está claro que lo que al Imperio le preocupa no es precisamente la situación de los gays en Rusia. Al menos, no mucho más que la de los gays en Arabia Saudita o en cualquier otro satélite que, por muy homófobo que sea, no deje de ser un fiel aliado. Tampoco le preocupa especialmente la promoción de la democracia: su amplio historial de apoyo a dictadores y matarifes sumisos a sus intereses debería despejar cualquier duda. También es dudoso que le quite el sueño la libertad de expresión. Que se lo pregunten entre otros al señor Assange, al que quieren hacerle un traje de madera. Lo que al Imperio de verdad le preocupa es que Rusia, con el comienzo del nuevo siglo, haya recuperado el pleno control sobre su política exterior. Y la posibilidad de  que la masa continental euroasiática quede definitivamente fuera de su hegemonía. Escenario a evitar: la consolidación de un modelo civilizacional alternativo en un mundo auténticamente multipolar.

Que el régimen ruso adolece de un amplio déficit democrático y que el Presidente Putin se comporta como un sátrapa con aires de matón, no hace falta ser un lince para verlo. Pero conviene recordar a Boris Yeltsin, aquel pintoresco títere de los intereses norteamericanos, aquel «demócrata» que no dudó en bombardear a su propio Parlamento, y cuya reelección fue amañada por una camarilla de oligarcas mafiosos con las bendiciones de Washington y sin un solo reproche desde las virtuosas conciencias occidentales. Balance de su reinado: un país casi destruido por un programa de liberalización salvaje, convertido en presa fácil para el capitalismo amparado por los Estados Unidos. En manos de los Chicago boys y con los yanquis hasta en la cocina, el país respondía como un ejemplo de manual a eso que se bautizó como nuevo capitalismo de frontera: un «régimen oligarca antidemócrata basado en el control policial, la corrupción y la desigualdad social, amparados en un estado de pobreza generalizado y un estado de crisis permanente, al que Naomí Klein se refirió como doctrina del shock.»[2] Pero todo sea por la buena causa.

Y en esto llegó Putin y mandó a parar. Ahí está el problema.

Volvemos a los gays. ¿Qué pintan en todo esto? En la ofensiva de poder blando contra la Rusia de Putin el lobby gay se perfila como una punta de lanza más, pero altamente significativa, en la promoción de una «sociedad civil» que reclame desde dentro del país un cambio político favorable a los intereses del Imperio.

Revoluciones de colores, revoluciones arco iris

El agudo lector se habrá dado cuenta a estas alturas de que no estamos hablando aquí de los homosexuales, una condición que normalmente no se elige y que no nos merece mayores juicios morales, más allá de un estricto respeto. Hablamos aquí de la gaytitud como movimiento social, como visión del mundo y de la vida, como minoría chillona que exige pleitesía y que impone su agenda al resto de la sociedad. Decía el escritor francés Philippe Muray que los gays militantes han sido los más eficaces portavoces en Europa de la ideología correctista norteamericana, «la cruzada por excelencia de los tiempos hiperfestivos, que –conducida con la buena conciencia a prueba de bomba de todas las víctimas profesionales– ha utilizado, para conseguir sus objetivos, la provocación, la exigencia de protección, la culpabilización, la persecución, el chantaje y las reivindicaciones particulares camufladas bajo la retórica de la igualdad y de la libertad».[3] En el contexto estratégico de poder blando versus países díscolos, el movimiento gay está convocado como primera vedette en el espectáculo-protesta de la «sociedad civil».

Entiéndase: la tan manoseada «sociedad civil» no es más que el eufemismo para una red de lobbies y de ONGs financiadas por Washington. Herramientas que ya probaron su eficacia en la secuencia de las «revoluciones de colores» que permitieron al Pentágono avanzar sus fichas en el tablero estratégico euroasiático entre los años 2000-2005. La Revolución del Bulldozer en Yugoslavia (2000); la Revolución de las Rosas en Georgia (2003); la Revolución naranja en Ucrania (2004); la Revolución de los Tulipanes en Kirguistán (2005). El objetivo del poder blando reside en la conformación de una masa social crítica portadora de los valores estadounidenses. Se trata de cambiar la percepción de la población sobre su propio sistema, de fomentar las comparaciones desfavorables con el sistema del Imperio, de presentarlo incluso como algo odioso, insufrible, principalmente a los ojos de los más jóvenes y entre los estratos más acomodados y occidentalizados de la sociedad.[4]

La secuencia de las revoluciones de colores es bien conocida: espiral de protestas callejeras, represión policial, las ONGs a la cabeza de acciones de desestabilización y desobediencia civil, las agencias gubernamentales norteamericanas y otros agentes privados (tipo el especulador George Soros) bombeando dinero, y la CNN martilleando las 24 horas. En la política de la era de la información lo esencial es mantener la iniciativa sobre las historias que finalmente ganan (técnica del storytelling). Y pocas historias son hoy tan fácilmente mediatizables a un nivel internacional como los gays y sus victimismos.

Los gays como reserva espiritual de Occidente

Ideas y valores. Bajo el radar de los grandes titulares y más allá de la actualidad inmediata, las ideas y valores anticipan, en el plano metapolítico, el deslizarse de la Historia. Nuestra época se presenta, para muchos, como la de la «crisis de valores». Nada más falso. Sí tiene valores. Los suyos. Y se defienden con dogmática intransigencia.

Si buscamos una encarnación paradigmática de los valores del sistema americanomorfo en su fase posmoderna, lo encontramos en el movimiento gay. El movimiento gay como expresión radical del liberalismo libertario: un condensado ideológico en el que confluyen los retales de las izquierdas y derechas de los últimos dos siglos. El liberalismo libertario entendido como colusión entre la derecha económica (capitalismo salvaje, neoliberalismo y desigualdades económicas) y la izquierda social (progresismo, exaltación de las marginalidades, igualitarismo cultural). Un sistema en el que los que manejan el show  –una oligarquía transnacional globalizada cuyo epicentro reside, todavía, en Estados Unidos– permanecen incuestionables.[5] Y el sistema vomita pan y circo: una cultura global estandarizada que no admite barreras de ningún tipo, ya sean éstas religiosas, morales, culturales o nacionales. Y para erosionar esas barreras se precisan ciertas operaciones de ingeniería social. Es en esa promesa de  libertad absoluta donde el movimiento gay –o más precisamente el LGBT–  representa el allanamiento de la última barrera: acabar con ese insoportable escándalo de la naturaleza que consiste en no poder elegir el sexo.

La gaytitud como mesianismo de minorías, como conciencia de una superioridad moral, como custodio del fuego sagrado de la libertad entendida al modo americano. La gaytitud como exigencia ante el mundo de una ovación admirada por erigir el sexo y nada más que el sexo en el epicentro del debate sociopolítico y de toda actitud ante la vida. La gaytitud, o cómo contemplar el mundo, la vida, la sociedad, la historia y las relaciones de producción a través de la escotilla de popa. Ahí reside la repugnancia instintiva que el circo gay todavía causa en buena parte de la población. No son las orientaciones sexuales particulares, cualesquiera que éstas sean, las que provocan rechazo, sino la intuición de que tanto exhibicionismo chillón y tanto hedonismo pringoso delata otra realidad, la propia de obsesos sexuales.

Sí, es preciso admitir que el movimiento gay está a la vanguardia en la realización del viejo sueño sesentayochista –iniciado, no lo olvidemos, en los campus norteamericanos– de un hedonismo individualista al que ninguna cortapisa colectiva pueda poner frenos. Pero hoy sabemos bien que ese paraíso en la tierra  –despojado ya de sus retóricas «revolucionarias»– se aviene a la perfección con el capitalismo global y con la sociedad de mercado, el sistema que mejor se adapta a sus demandas. La gaytitud deviene un refuerzo cultural perfecto para una sociedad atomizada por el derecho liberal, una sociedad donde cada cuál sólo persigue su interés, donde la erosión de las antiguas creencias y la fractura del vínculo social sólo deja en pie al más común de los vínculos: el dinero.

La gaytitud envuelve sus reivindicaciones en la bandera de los derechos humanos. Es decir, en la vulgata ideológica de Occidente. Una vulgata de uso alternativo por la que el Imperio justifica todas las ingerencias necesarias para sus intereses. Y que unido a una cultureta consumista –de la que los gay son destacados iconos – constituye hoy por hoy el patrimonio espiritual de Occidente. Un pensamiento único de impronta americana, pero de vocación universal. La sumisión frente a ese pensamiento y la celebración de los gay van a la par. Una sociedad que les rinda la debida pleitesía es una sociedad debidamente «normalizada» conforme al troquel americano.

El protagonismo cultural de los gay va a la par de una tendencia cuyo mero enunciado crispa a los bienpensantes: la feminización total del cuerpo social. Un fenómeno sobre el que ya existe una extensa literatura sociológica, y que se manifiesta en fenómenos tales como el predominio de lo afectivo sobre lo racional, la sentimentalización de la política, la crisis de autoridad de los padres, el énfasis sobre el bienestar individual y la «autoayuda», la victoria del pensamiento psicologizante y de la «intuición» sobre el análisis categórico y objetivo. De hecho el protagonismo de lo sexual y el repliegue sobre la vida privada es concomitante a la puesta de largo internacional del movimiento gay. Una tendencia muy beneficiosa para el poder, porque fragmenta la reivindicación política y evita pensamientos «peligrosos» que apunten a dimensiones colectivas, tales como los análisis de clase, pueblo, nación, etc. Estamos a años luz del viejo marxismo, un caso bien claro, guste o no guste, de virilidad espiritual.

Los gays y la geopolítica

Pese a todo lo dicho anteriormente conviene no sobredimensionar la posible incidencia del movimiento gay sobre los procesos de cambio político fuera del área occidental. Esta incidencia será forzosamente muy limitada. En el caso euroasiático la gaytitud está muy alejada del sentir general de la población, y es percibida, de manera instintiva, como el «injerto» de una cultura foránea. No obstante, se trata de una apuesta a largo plazo: la de ir «normalizando» un imaginario colectivo, en principio hostil, conforme a los patrones occidentales. Conviene además tener presente otro elemento. En Rusia, históricamente, es la población ilustrada de las dos principales ciudades (Moscú y San Petersburgo) la que siempre ha forzado los grandes cambios; cambios que el resto del país, mal que bien, acaba por seguir. Y el impacto del movimiento gay y sus redes internacionales es susceptible de repercutir con fuerza entre los sectores económicamente más privilegiados y occidentalizados de las grandes urbes, y coadyuvar a crear un estado de opinión. El Imperio sabe lo que hace.

Así como otros exportan melones, los Estados Unidos de América exportan democracia. Y para eso tienen que dar lecciones al resto del mundo, y convencer a los reticentes de lo bien que les iría al importar el modelo americano. La cruzada internacional pro-gay forma parte de un package global en el que lo que se vende es un modelo social: el modelo de un país donde la mitad de la población nunca vota, donde dos partidos se reparten el poder desde hace siglos, donde los grandes grupos económicos deciden quién se presenta a las elecciones, donde los mismos grupos deciden qué programa se aplica, donde nadie elige a los que de verdad deciden, donde cerca de cincuenta millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, donde existe la pena de muerte y donde cualquier tronado a la vuelta de la esquina puede a usted descerrajarle a usted un tiro.  Pero eso sí, los gays son debidamente festejados.

¿Los gays, instrumento del imperialismo norteamericano? Sería un tanto extremo afirmarlo, y en cualquier caso es mejor evitar teorías conspirativas, y sí abogar por un enfoque sistémico. En la vida social hay pocos fenómenos inocentes, casi todo tiene una lectura política, o al menos metapolítica. Y en este caso es mejor hablar de concordancia de procesos o de dinámicas complementarias.

No hay aquí blancos y negros absolutos, sino una gama intermedia de tonalidades. El movimiento gay puede tener una parte de razón al reclamar para unas minorías históricamente marginadas la parte de respeto que les es debido. Pero la sobrerrepresentación que en Occidente han alcanzado es paradigmática del tipo de civilización de la que son iconos: la civilización más materialista de la Historia. Una civilización americanomorfa que se pretende portadora de una verdad universal obligatoria. Y lo que está en juego es, o bien la extensión universal de esa civilización, o bien el mantenimiento de una pluralidad de civilizaciones, algunas de ellas todavía tradicionales, que mantienen escalas de valores diferentes. También en lo que atañe al sexo.

Decía Nietzsche que aquél que no conoce nada mejor en la tierra que la satisfacción de su instinto, tiene el alma llena de fango. En ninguna civilización el sexo ha tenido una presencia menor que la que su importancia exige. Pero en su imaginario colectivo, prácticamente ninguna civilización lo ha situado en lo más alto. En lo más alto siempre se han situado otras cosas. Al colocar al sexo en el más alto pedestal de los afanes humanos, el movimiento gay es sintomático del tipo de civilización que es la nuestra.

Y los líderes morales de esa civilización hablan, y hablan para adoctrinar a los pueblos obtusos que, como en el país euroasiático, todavía no se han enterado de qué va la historia. ¿Qué les dicen?

¡No creáis en nada! No creáis en lo que os decían vuestros padres, ni en lo que a ellos les decían vuestros abuelos; no creáis que sois diferentes, ni que tenéis una historia, ni una misión, ni un destino, no creáis que sois especiales, ¡sed felices! Y si tenéis que creer en algo, lo que os diga Madonna: ¡alabados sean los gay! Alabados sean por siempre en sus pompas y en sus obras, que sus bendiciones se derramen sobre vosotros para que vosotros os transforméis y para que vuestras ciudades y vuestros jardines también se transformen, y para que tod@s os asoméis al futuro, y os miréis en el espejo de Nueva York, San Francisco y Los Ángeles, los centros del mundo, las ciudades más gay del planeta.

[1] Carlos González Villa, Empiezan las revoluciones de colores, en El retorno de Eurasia, Península 2012, p. 163

[2] Carles Masdeu, «Estrategias para Eurasia: el retorno de Mackinder», en El retorno de Eurasia 1991-2011. Península 2012, p. 96.

[3] Rodrigo Agulló, Philippe Muray y la demolición del progresismo (II), en Elmanifiesto.com

[4] Irónicamente, las ONGs al servicio de los Estados Unidos cumplen en la posguerra fría un papel análogo al del movimiento comunista internacional al servicio de la URSS durante la guerra fría: penetración capilar en el campo enemigo.

[5] Tampoco hay garantías de que ese epicentro, cada vez más desnacionalizado, vaya a estar siempre en Estados Unidos. El sistema americanomorfo es ante todo un modelo cultural en cuya base están los valores mercantiles y la forma de vida propia de la civilización norteamericana, y que hoy engloba tanto a los Estados Unidos como a Europa occidental y a las élites económicas de los países emergentes. Aunque su brazo musculado lo constituyen los Estados Unidos no se trata de un imperialismo de corte clásico, sino de un sistema global que trata de extenderse por todo el mundo.

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FUENTE: http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=4092

la norma y la excepción en la sexualidad

26 de abril de 2013

wardrobe-fail bici

Estar en contra del homosexualismo en ninguna forma representa una postura en contra de la persona homosexual; se trata, en definitiva, de ir en contra de la sub-ideología denominada «homosexualismo», por lo cual, aquí no se hace referencia a la persona. Ir contra una persona por sus características (por lo que le hace ser esa persona), me parece ruin y todo lo contrario a una postura tolerante y de aceptación; pero es lícito atacar la ideología o las ideas más o menos elaboradas para un fin, aunque esas personas puedan sentirse heridas en lo personal: no es mi culpa si estos sujetos no saben distanciar su persona del objeto de crítica ideológica o si se sienten sumamente identificados con la idea que les mueve, por lo cual yo no falto el respeto a nadie, siendo ellos los auto-faltados de respeto (sentimiento auto-infligido de victimismo) de forma voluntaria para censurar y condenar al otro. Las ideas deben estar siempre a nuestro servicio, principio insoslayable para la persona soberana.

El homosexualismo tiene como finalidad promover e incitar a la homosexualidad. Cuando un lobby marxista cultural quiere que tomes algo como natural en realidad te está incitando u obligando con un elaborado discurso a entender la naturaleza como ellos quieren, creando si cabe confusión en la identidad sexual de las personas, sean éstas hombres o mujeres; cuando te hablan de igualdad, en realidad pretenden poner a alguien sobre ti haciéndote creer que eso es una postura solidaria por tu parte. No se trata de conseguir derechos e igualdad para los homosexuales, pues el «¿matrimonio homosexual?» y la «adopción» por parte de familias monoparentales no son derechos, sino imposiciones de la ideología dominante, de carácter homosexualista: y así debe ser para nosotros los identitarios, sea cual sea nuestra identidad sexual. Un derecho no es natural, sino una imposición del propio derecho: una elaboración humana basada en la naturaleza, o no, o en la realidad, o no. No obstante, cuando el derecho te lo da otro, te impone un derecho; séase un criterio; incluso cuando te dan libertad, te imponen una libertad, la libertad de otro, pues no es la tuya: que tenía que haberse conseguido con tu propio esfuerzo.

Pero demos por sentado que son derechos, que el matrimonio y la adopción corresponde a los fundamentos elementales de los que toda persona homosexual debe gozar. Pues bien, el homosexualismo en realidad lo que hace es otorgar a la persona homosexual unos derechos que no le pertenecen. Y el homosexual actúa en contra de su propia naturaleza si acepta esos derechos que se le imponen por mandato de la ideología dominante.

La naturaleza homosexual es en sí sin fertilidad, no puede dejar descendencia: el amor entre las personas del mismo sexo debe circunscribirse a ese amor, lo único lícito en su naturaleza, por lo cual no pueden participar de la posteridad, si es que realmente son consecuentes con su naturaleza homosexual. Por lo tanto, si dos personas del mismo sexo no pueden ser madres o padres por sí mismos deben aceptar con honestidad su propia realidad y las condiciones que ésta les impone. Si la persona homosexual no está conforme con esto que lamente profundamente que la naturaleza le haya hecho homosexual o que reconsidere si su homosexualidad es producto de un fenómeno natural o por inoculación del veneno decadente que se respira en todos los ambientes académicos y sociales, que incitan a la homosexualidad, y con todo ello, a ciertos patrones de conducta. Es que el mandato de la naturaleza es claro. Una familia monoparental con hijos adoptados es de facto una familia desestructurada y antinatural, en la que no hay línea de sangre, a no ser que un homosexual decida llevar un modelo de vida heterosexual o pida los servicios de una persona de sexo opuesto al sujeto homosexual, lo cual es ya ir en contra de su propia naturaleza: la homosexualidad no depende de sí misma, al final el imperativo categórico del orden natural se impone.

Asimismo, el matrimonio corresponde exclusivamente a la unión de personas de distinto sexo. La unión entre dos personas del mismo sexo no puede considerarse un matrimonio. Si el matrimonio es un derecho, no es un derecho que le corresponda al mundo homosexual. Que el derecho cree, si quiere o puede, otro derecho para estas personas y así puedan unirse, pero que no lo llamen matrimonio. Es que querer llamar matrimonio a dichas uniones supone una aberración, tanto para la etimología de la palabra como para la realidad social, que da carta de naturaleza al caos y pervierte el significado de familia: finalidad del homosexualismo como ideología marxista cultural, que no acepta la condición homosexual realmente, siendo para éste un medio (un ser manipulable), pretendiendo, mediante el derecho, dinamitar la familia tradicional y desviar el orden natural de las cosas para llegar a sus propios fines perversos: debilitar las sociedades europeas.

¡HOMOSEXUAL, NO TE DEJES ENGAÑAR! Si aceptas estos derechos vas contra tu propia naturaleza; los medios de poder dominantes, con sus lobbys y demás, te imponen unos criterios para la vida social que por tu condición no te atañen. No somos iguales y ello no debe suponer un drama. La igualdad no existe, ¡y gracias!■

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Fuente: http://www.librepensamientorevolucionario.blogspot.com.es/2013/04/contra-el-homosexualismo.html

http://circulo-identitario-nietzsche.blogspot.com.es/2011/08/el-logro-feminista-ii.html

http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/16574334/Contra-el-homosexualismo-no-contra-la-persona-homosexual.html

DERROTA MUNDIAL…Gobierno Mundial

7 de diciembre de 2012

En lengua española, es uno de los libros de Historia más raros y difíciles de encontrar: En un blog titulado “La vida y muerte de Angel Tejeda” encontramos una crítica e información sobre el contenido de “Derrota Mundial”, lo cual explicaría por qué en todo el mundo  es casi impopsible hallarlo: Este es el texto:

Derrota Mundial

Aut. Salvador Borrego E.

Ésta, es una de esas entradas que más trabajo me cuesta comenzar a escribir. De alguna manera, no encuentro palabras adecuadas para describir la obra del Señor Borrego pues, independientemente de la forma en que llegó a mis manos, podría describirla como algo diferente y único; sin embargo, tampoco puedo describirla como un conocimiento total y definitivo, o apto para mentes cerradas o contagiadas de prejuicios que nos invaden desde las más mínimas edades.

Lo cierto, es que, como toda (o casi toda) la información que a diario recibimos de noticieros, periódicos, internet, etc., nada es imparcial en este mundo de conocimiento variable e interminable. Los libros de historia y documentales que acostumbramos ver, infunden un odio desproporcionado hacia el pueblo alemán de la década de los 30 y 40′s: Los nazis mataron a millones de judíos, torturaban prisioneros, rompieron los tratados mundiales de la Primer Gran Guerra y demás barbaridades. Muy probablemente esa sea una parte de la verdad, pero a medias.

Ninguno de esos materiales menciona las acciones que los soviéticos tenían contra los heridos, incluso los de su propia nacionalidad (A los alemanes les daban el tiro de gracia, a sus propios heridos los abandoban a sus suerte y despojaban de sus botas y abrigos). No mencionan que ellos también invadieron Polonia pero que ni ingleses ni americanos objetaron ante este hecho mientras que a Alemania se le declaraba la guerra por el mismo motivo.

¿Alguien sabe cómo llegaron 15,000 cadáveres de oficiales polacos (asesinados a sangre fría) a una fosa común en un bosque en las fronteras con Rusia? ¿Sabían que los primeros en actuar en contra de las convenciones de guerra y bombardear poblaciones civiles no militares,  fueron los ingleses de acuerdo con norteamericanos? ¿Sabían que al ser conquistada Francia por Alemania, no se exigió territorio alguno y se honró a los combatientes del país derrotado?

Adolf Hitler, contando con los gases más mortíferos (el Gas Sarín por mencionar uno) creados por el hombre dio la orden de no usarlos en contra de soldados aliados; el presidente norteamericano Roosevelt ordenó que todo oficial alemán capturado fuese eliminado. Los nazis, para finales de 1944, habían completado el desarrollo de la bomba atómica; por orden de Hitler no se utilizó; Estados Unidos, tras robar el secreto alemán, la lanzó en contra de dos poblaciones japonesas indefensas aún cuando esa nación ya había pedido la capitulación.

La totalidad del ejército inglés fue acorralado en el puerto de Dunkerke, los alemanes perdonaron sus vidas y los dejaron zarpar sin soltar un sólo tiro con la esperanza de firmar la paz en los inicios de la guerra; a cambio recibieron burlas y bravuconadas del ministro Churchill.

¿Han escuchado que, para ascender al poder, Lenin y Stalin realizaron purgas contra la población asiática que llevó a la muerte de cientos de miles de su propia gente?

Así es, este es un libro que nos muestra todo aquello de lo que, los que ganaron la guerra, prefieren hacerse de la vista gorda. Y sí, omite lo malo que hicieron los alemanes; pero si ya se han omitido los hechos que acabo de mencionar líneas antes, no hay argumento que nos permita juzgar esa “parcialidad”.

Ya casi conluyendo, éste es un libro para aquellos que ya tienen un conocimiento moderado sobre el conflicto entre Eje y Aliados; lo juzgo así, pues una mente que por primea vez se interesa en este universo, podría concebir ideas equivocadas sobre nazismo, antisemitismo, marxismo o bolchevismo.

Finalmente, hay una afirmación muy cierta: “El ejército de la Alemania Nazi, es el ejército jamás vencido por ningún otro”. Para ser consumido, se requirió una superioridad numérica de 25 a 1 y una alianza de más de 15 países en su contra. Y eso es algo que nadie, a favor o en contra, puede negar.

Consejos para el Estado de Israel

4 de abril de 2012
Hoy, día 4 de abril de 2012, en el diario «El País» (bajo liderazgo del lobby judio Liberty, de USA) se publica un poema de Gunther Grass, quien sintiendose en la última etapa de su vida terrenal, se atreve a decir que Occidente  debería aconsejar al Estado de Israel que, en bien de sí mismo y de la paz mundial, se abstenga de atacar a Irán:
 «Lo que hay que decir»:
El poeta alemán se opone a un ataque israelí contra Irán

Por otra parte,  Jaume Farrerons, en su interesantísimo blog  FILOSOFIA CRÍTICA (30 marzo 2012)  manifiesta sus  «deseos para Israel» en un artículo que se reproduce seguidamente:

 Toda esta fatalidad fue posibilitada únicamente por el hecho que ya existía en el mundo una especie afín, racialmente afín, de delirio de grandeza, el delirio de grandeza judío; desde el momento en que se abrió el abismo entre judíos y judeocristianos, a estos últimos no les quedó otra opción que emplear contra los judíos los mismos procedimientos de autoconservación aconsejados por el instinto judío, mientras que los judíos habían venido empleando hasta entonces esos procedimientos sólo contra lo no-judío. El cristiano es sólo un judío de confesión «más libre».- (Nietzsche, F., El Anticristo, &44).
Nuestros saludos al régimen sirio e iraní. La República Islámica de Irán es el único país del mundo que ha cuestionado la narración del Holocausto con que los sionistas oprimen a medio planeta, singularmente a los árabes de Palestina. Aunque no compartimos en absoluto la ideología del integrismo islámico y no querríamos ver la Sharia implantada en Europa, tenemos que reconocer la valentía de los guerilleros chiítas enfrentados a Israel y EEUU. Nos muestran, estos héroes, un camino que los europeos debemos seguir, pero apelando a nuestra auténtica tradición cultural, que es griega, aria, no semita.

Del judeocristianismo, ya lo proclamó Nietzsche, procede nuestra desgracia. Si Europa debe levantarse, habrá de saber identificar a su enemigo, y dicho enemigo no es el Islam, sino el sionismo, la extrema derecha judía enquistada en los grandes poderes económicos y financieros que irradian entorno a Wall Street sobre el entero hemisferio occidental. A éstos, los sionistas, los tenemos metidos en casa, controlando todas las palancas del poder, y no vemos a ninguno de los partidos llamados «identitarios» protestar por ello. !Hablan de poner freno a invasión, pero ya estamos invadidos desde hace mucho tiempo, señores identitarios! Son esos sionistas, el enemigo interno, los que promueven la inmigración, de todos los colores, para así implementar, en obediencia a la voluntad racista que les inspira, el proyecto del mestizo universal, figura alienada y sin raíces que sólo dejará intacto al pueblo elegido como raza separada y superior al resto de la humanidad.
En efecto: si no estuviéramos invadidos, podríamos defendernos, pero observemos que el principal obstáculo con que topan los proyectos identitarios no son los inmigrantes, sino los propios gobernantes aútóctonos. Deberían, los políticos identitarios, preguntarse el porqué, pero reducen la cuestión a la banalidad de un problema personal, como si esta oposición de Europa a su propio identitarismo pudiera explicarse a partir de meros conceptos políticos y encima de carácter electoralista. Resultaría, según esta versión superficial de la traición, que nuestros políticos promueven la invasión porque militan en tal o cual partido del sistema. Pero, ¿por qué contribuyen a la destrucción de su propio pueblo? ¿No pertenecen ellos mismos a ese pueblo? ¿Qué es «el sistema»? Quizá los políticos pro-inmigración están comprados y es una cuestión de dinero. Bastaría así con relevarlos de sus cargos y problema resuelto. !Vótame y los quito de en medio! No. La cuestión del colaboracionismo político oficial respecto de la invasión multiculturalista es mucho más profunda. Si nuestros políticos son colaboracionistas activos de la invasión es porque existe una tradición cultural anti-identitaria profundamente arraigada en Europa y que va mucho más allá del mero mundialismo liberal. Se trata de un tema que los políticos identitarios, procedentes  de forma masiva de la extrema derecha católica, quieren ignorar, de tal suerte que no dudan en colgar en los documentos estatutarios, por ejemplo, que sus formaciones obedecen al «humanismo cristiano» o frases similares. En consecuencia, no son conscientes del alcance de lo que implica en Europa la palabra «identidad», que nos llevaría a tener que dar un salto de milenios y a una reflexión filosófica de calado abismal. Dicho brevemente, cuando los políticos identitarios apelan a su celebérrima identidad y en seguida recurren a imágenes religiosas cristianas, están convalidando los supuestos culturales del colaboracionismo: todos los hombres son iguales, hijos de Dios y tienen derecho a la felicidad, al paraíso, por lo que deben comportarse entre ellos como hermanos. Sobre este fundamento cristiano, que es la raíz y sostén cultural del mercado mundial, no hay identitarismo que valga, ni defensa posible contra la invasión. La lógica de esta fe o ideología es la política de «apertura» al «invasor» perpetrada por las autoridades oficiales.  Es esa «identidad», la cristiana, pero ya secularizada, la que hace posible el colaboracionismo. Criticar éste y declararse identitario cristiano es desbarrar, no ver o no tener el coraje moral de admitir cuál es la realidad de la presunta «identidad cristiana» y de dónde deriva la debacle demográfica de Europa. La «identidad cristiana» es la negación de toda identidad, es la no-identidad que hace posible la victoria mundial de la identidad judía.
Los partidos identitarios se dedican en exclusiva a criticar y cuestionar la inmigración islámica en lugar de poner en evidencia los mecanismos que generan la «oleada migratoria» en general, la cual incluye a personas de religión islámica, por supuesto, pero que ante todo es un proceso cultural justificado mediante la coartada de imperativos económicos e instigado por el gran capital, la derecha judeocristiana y las élites (filo)sionistas estadounidenses. Los identitarios europeos, empero, a pesar de la evidencia del origen liberal, burgués, derechista y, por tanto, judeocristiano, de la importación de mano de obra barata multicultural, decláranse católicos y enarbolan una suerte de identidad religiosa autóctona frente a la inmigración musulmana. Olvidan que el término catolicismo (oriundo de la palabra griega katolon, universal) nombra la primera forma del universalismo y, por tanto, la antesala histórica de la globalización capitalista. Las sinagogas ya fueron, en el mundo antiguo, las playas de desembarco de la futura iglesia apostólica romana. Con tales creencias alcanzó el irracionalismo fideísta (Tertuliano: credo quia absurdum est) a una sociedad que podría haber estado madura para la verdad, pero temió enfrentarse a ella. La historia de occidente convirtiose así en el proceso de la instrumentación del concepto griego de racionalidad a manos de lo irracional, es decir, de la «esperanza», el «amor», la «felicidad» y conceptos eudemonistas análogos. Platón, siglos atrás, había preparado el terreno para la gran impostura influido por sectas órficas y pitagóricas de oriudez egipcia, pero sólo con el cristianismo adquirieron esas ideas azucaradas propias de cobardes integrales un peso social y político decisivo. El resultado fue la prostitución de la razón a manos de la religión monoteísta abrahamánica; la oposición existencial, cultural y política a que el proyecto de una comunidad de la verdad, iniciado en la Grecia democrática, heroica y trágica de Heráclito y Sófocles, culminara históricamente en forma de institución o entidad formal organizada.
Estos «cristianos patriotas» (una contradicción en los términos) olvidan también que los judíos llegaron el siglo pasado a Palestina como inmigrantes y terminaron expulsando a sus habitantes autóctonos, árabes musulmanes que en principio les habían acogido pacíficamente, siendo así que el islam y el judaísmo comparten, como los propios cristianos, la  presunta validez de «El Libro» (el estuche de «la esperanza» dulzarrona). Los sionistas desarrollaron sus perversos planes de usurpación territorial y genocidio esgrimiendo, por todo «argumento», unos escritos bíblicos milenarios inventados a posteriori por ellos mismos, textos que les otorgan la propiedad de la tierra en nombre de Dios, algo parecido a que los «moros» reclamaran Al-Andalus apelando a su posesión histórica real (mucho más cercana en el tiempo, por cierto, que el mítico reino de David y Salomón). Si existe un ejemplo del dicho catalán, aplicado a los inmigrantes y tan utilizado en la actualidad contra los musulmanes, de fora vingueren que de casa ens tragueren («de fuera vinieron y nos echaron de casa»), es el relato sobre los orígenes del actual Estado de Israel o de los Estados Unidos de América.
El cristianismo no es europeo, sino una religión oriental de procedencia hebrea. Este hecho está fuera de discusión y quienes farfullan sobre un Jesucristo «ario» deberían acudir urgentemente al loquero. Un nacionalista católico no puede ser nunca un verdadero patriota, porque, para el creyente, Dios siempre se encuentra, desde el punto de vista axiológico, por encima de la nación. Ahora bien, ese dios supranacional… !es el dios judío! Hay empero una nación a la que tal «dios» no pone por debajo de sí, una sola: la nación judía. La creencia judeocristiana constituye en fin, a mi entender, el primer estadio de un proceso secular, milenario incluso, conducente a la dominación sionista. Cuando todas las naciones se postren ante Dios, cuando los pueblos del mundo entero reconozcan que Dios (Yahvé) es más importante que la comunidad patria, ese dios se arrancará súbitamente la máscara y podremos contemplar el rostro de un judío de extrema derecha propietario del capital a escala global. Mas llegado ese momento será ya demasiado tarde para los gentiles: las naciones se esfumarán disueltas por el ácido corrosivo de la mundialización capitalista teledirigida desde Tel Aviv.
Un ejemplo significativo de lo dicho es Sabino Arana: nacionalista acérrimo, hasta el racismo, reconoce no obstante lo siguiente:
Proclamo el catolicismo para mi Patria, porque su tradición, su carácter político y civil es esencialmente católico. Si no lo fuera, lo proclamaría también; pero si mi pueblo se resistiera, renegaría de mi raza; sin Dios no queremos nada (Páginas de Sabino Arana, Madrid, Criterio, 1998, p. 33).
Las burguesías oligárquicas occidentales ya han renegado de su raza. Lo hicieron después de la Segunda Guerra Mundial, por razones -relacionadas con el fenómeno del «fascismo»- que ahora no vienen al caso pero que ya he apuntado en otras entradas. Esta confesión de Arana permite detectar el eslabón interno, espiritual, subjetivo, del proceso de transmutación colaboracionista, que se desarrolla en el interior de la «derecha católica» antes de desplegarse en sus formas secularizadas típicamente internacionalistas e «izquierdistas».
Sabino Arana es, al mismo tiempo que judeocristiano, un antisemita. Y ahí reside la clave de la victoria ultraderechista judía, pues quien trabaja para la idea judeocristiana promueve con el antisemitismo la cohesión interna de la etnia hebrea, una de las finalidades, si no la finalidad por excelencia, de la impostura racista del rabinato. Considera Sabino Arana que el pueblo vasco encarna, por su aislamiento del resto de los pueblos, una suerte de pureza originaria, no obstante lo cual se postra ante un dios judío. ¿Y qué tendrán que ver los vascos con los judíos? ¿Deben los vascos adorar a un judío mientras al mismo tiempo rechazan a los judíos como pueblo y basan su identidad en un arcaísmo metafísico que no explica la procedencia exógena, o sea,  no vasca, de la religión definitoria de esa misma identidad? Podemos hacer extensiva esta pregunta a todos los nacionalismos conservadores. Estamos ante la contradicción clásica e insuperada del derechista católico. Nietzsche ha sido, una vez más, el agudo analista de estas incoherencias antisemitas en tanto que consumación de las propias listezas judías:
Con ese mismo fenómeno volvemos a encontrarnos una vez más, en proporciones indeciblemente agrandadas, pero sólo como copia: -en comparación con el ‘pueblo de los santos’, la Iglesia cristiana carece de toda pretensión de originalidad. Los judíos son, justo por eso, el pueblo más fatídico de la historia universal: en su efecto posterior han falseado de tal modo la humanidad, que hoy incluso el cristiano puede tener sentimientos antijudíos, sin concebirse a sí mismo como la última consecuencia judía (Nietzsche, El Anticristo,&24).

TESTIMONIO DEL PAPA

Pero quizá el testimonio de Sabino Arana no es suficiente y los católicos requieran de una evidencia más significativa que haga mención expresa del tema de la identidad. Pues bien, todos los católicos tienen que someterse ante el Papado como autoridad doctrinal suprema:

«El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejecuta en nombre de Jesucristo» (DV 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma (Catecismo de la Iglesia Católica, Madrid, 1992, p. 31, &85).

Si los fieles no se someten al Magisterio de la Iglesia, dejan de iure de ser católicos, pues esta imperativa aceptación de la infalibilidad papal forma a su vez parte inalienable de la profesión de fe apostólica y romana:

Para mantener a la Iglesia en la pureza de la fe transmitida por los apóstoles, Cristo, que es la Verdad, quiso conferir a su Iglesia una participación en su propia infalibilidad. Por medio del «sentido sobrenatural de la fe», el pueblo de Dios «se une indefectiblemente a la fe», bajo la guía del Magisterio vivo de la Iglesia (cf LG 12; DV 10). / La misión el Magisterio está ligada al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que libera. Para cumplir este servicio, Cristo ha dotado a los pastores con el carisma de la infalibilidad en materia de fe y de costumbres (Op. cit., p. 212, &889-890).

Veamos, pues, qué dijo el papa Juan Pablo II (promotor histórico post-holocáustico del acercamiento del Vaticano al Rabinato) respecto a la identidad judía de todo cristiano en cuanto tal. La fuente es un artículo del diario Le Monde de 2/3 de noviembre de 1997 que resume un discurso papal de 31 de octubre de 1997. La noticia fue recogida por Norberto Ceresole en su obra La falsificación de la realidad (1998):

El verpertino francés «Le Monde»… publicó un artículo sobre el reciente simposio celebrado en el Vaticano , bajo el título «Juan Pablo II avanza un paso más hacia el arrepentimiento con respecto a los judíos. (El Papa) empieza a reconocer la especificidad de la Shoah» (Holocausto).

Este proceso culminaría en 2000 con la visita del Papa a Israel y la famosa carta incrustada en el Muro de las Lamentaciones donde, de alguna manera, reconoce la versión oficial del Holocausto, sin matices. Prosigue Ceresole:

Por la trascendencia del discurso papal, se transcribe a continuación un resumen exhaustivo. «El día en que los polacos comprendan que la ‘reina de Polonia’ (María) es judía, habrá menos antisemitismo y un progreso en la teología cristiana». Esta «ocurrencia fuera de lugar» fue recogida en los pasillos del simposio sobre «Las raíces cristianas del antijudaísmo», por Le Monde. Ello «ilustra mejor que cualquier discurso la dificultad del examen de conciencia con que la Iglesia católica está comprometida», comenta Le Monde. Antes de elaborar el documento sobre la Shoah (holocausto) que el Papa había prometido a los judíos hace 10 años (y que debe entregar antes de que acabe el milenio), tiene que intentar convencer a su propio equipo de que el judaísmo y el cristianismo son parte de la misma historia y que el reconocimiento del pueblo judío como «pueblo elegido» por Dios forma parte de la identidad de cada cristiano. En su discurso de 31 de octubre (de 1997), el Papa Juan Pablo II invitó a sus fieles (obispos, teólogos e historiadores) a esa «revolución mental» (Ceresole, N., op. cit., Madrid, 1998, p. 383, n. 34).

¡Ha dicho «identidad de cada cristiano»! Y esta identidad es la del Pueblo de Dios, ubicado, como sabemos ya por el post que precedió a este sobre el tema que nos ocupa, por encima de las Naciones, es decir, de los pueblos ontológicos, existenciales, «reales»…

Con ello vemos establecida la siguiente cadena de mando divina entre los distintos pueblos: 1º/ el Pueblo Elegido; 2º/ el Pueblo de Dios; y 3º/ el Pueblo Natural, la Patria, la Nación ontológica.

Ahora bien, si el reconocimiento del pueblo elegido como tal forma parte de «la identidad de cada cristiano» y encima los cristianos son miembros del Pueblo de Dios antes de serlo de su propio Pueblo Natural o Nación, ¿qué queda de la Patria en todo este discurso católico-universalista? ¿Qué pasa con nuestra comunidad nacional? Desde luego, para la comunidad nacional judía todo este planteamiento doctrinal constituye una auténtica victoria espiritual que anticipa futuras victorias culturales, económicas, políticas y hasta militares, contra los «gentiles»; el Pueblo Elegido puede, gracias al cristianismo, es decir, a la Roma ocupada ideológicamente por Pedro, incrustarse en la identidad de todos los pueblos como un pueblo diferenciado y superior, reducir a polvo la nación ontológica y, sin que a los no-judíos les quepa ni siquiera la posibilidad de integrarse en aquél, débenle sometimiento. Yacen así las Naciones en ese limbo que supone un Pueblo de Dios «intermedio»,  arrancado de su Patria originaria, pasado por la muela eclesiástica, pero subordinado al Pueblo Elegido. No hay mejor forma de describir el esqueleto teológico que fundamenta, desde el punto de vista de la irracionalidad religiosa derechista conservadora, la situación humillante de unos pueblos lanzados a la vorágine corrosiva del mercado mundial, pero, a la vez atenazados por una oligarquía transnacional que conserva, de alguna manera, su identidad nacional (hebrea) por encima del resto del género humano.

El dios cristiano no es más que la hispóstasis conceptual del nacionalismo judío, la proyección metafísica de una voluntad de poder mil veces frustrada frente a imperios más poderosos como Egipto, Asiria, Babilonia, Persia o Roma… La dominación universalizada de Yahvé, el catolicismo real, constituye el requisito histórico de la dominación planetaria del liberalismo secular y del internacionalismo, es decir, de la hegemonía judía sobre el resto de las naciones del mundo. Subrayemos que de ese tropiezo descomunal ni siquiera se libran los islámicos que en Palestina y Líbano luchan valientemente contra Israel, porque Alá y Yahvé son el mismo dios, el dios de Abraham, tal y como reconocen los propios creyentes musulmanes. Desde luego, si no será el dios de los Evangelios, el cristiano dios, quien nos libere del sionismo mundializador, tampoco lo será el dios del Corán. La superación del monoteísmo abrahamánico no habría que buscarla razonablemente en ninguna de sus derivaciones. Luteranos, calvinistas, católicos, ortodoxos, chiístas, judíos, sunnitas… son, todas, ramas de un mismo tronco. El camino de la libertad europea sólo puede rastrearse ya en las sendas perdidas de Grecia. Mensaje que nos envió Heidegger a todos los patriotas europeos, pero que nadie ha entendido o querido entender en el  denominado campo nacional-revolucionario porque lo fácil y cómodo se ha impuesto a lo verdadero y menesteroso de esfuerzo, de auténtico heroísmo espiritual. Ahora bien, quien quiera vencer con la espada, primero deberá vencer con la idea o, en el mejor de los casos, los golpes de su tizona, sin ton ni son, derribarán puertas abiertas. En el peor, disparará a los niños de una escuela judía, la mayor estupidez y canallada que cometerse pueda en la lucha contra el sionismo.

Resulta penoso contemplar a esos patriotas europeos que o bien se declaran cristianos, o bien nos proponen convertirnos al islam porque Hezbollah destruye eficazmente tanques Merkava. Existe una tercera versión: los «tradicionalistas» (evolianos) que apelan a la magia y al irracionalismo más ridículo y vergonzante para sentirse así, entre los cachivaches del chamán, genuinos europeos. La verdad es que casi ninguno de esos patriotas europeos puede llegar a serlo porque desconoce en absoluto lo que realmente significa la  palabra «Europa». Y mientras no recuperemos el sentido básico de nuestra verdadera identidad, que nada tiene que ver con el cristianismo (y su antisemitismo), no podremos luchar como lucha Hezbollah contra el invasor sionista. Ignoro a qué identidad pueden apelar los árabes si renuncian al Islam (no se encuentra antes de Mahoma otra cosa que el paganismo politeísta preislámico), pero sí sé que Europa porta en su interior unos valores que no la obligan a elegir entre el obsoleto panteón de Zeus y el teodéspota de Jerusalén.
Cuando afirmo que tenemos al enemigo metido en casa y que a base de protestar por la «invasión» islámica o inmigrante no vemos que somos ya un país ocupado, no estoy utilizando una metáfora. Todos los pueblos occidentales, todas las naciones de nuestro hemisferio, excepto Israel, que sí es soberana, se han convertido países dominados por oligarquías transnacionales que trabajan al servicio de un poder extranjero. En Cataluña tenemos a la mafia catalanista, de la que ya me he ocupado y me seguiré ocupando en esta bitácora para mejor ilustrar mi postura. Esta gente «catalanista» pueden apellidarse Mas, Pujol, De Gispert o como quieran, pero no son patriotas catalanes ni en estado de coma etílico, sino sólo miembros de una oligarquía local transnacional y filosionista que labora de forma consciente y sistemática para destrucción del pueblo catalán. Existen pruebas aplastantes de ello en la mayoría de los ámbitos de actividad política. Casualmente, esos traidores son todos católicos y de derechas, burgueses de la zona alta de Barcelona, incluso cuando hablamos de las «progresistas» gentes del PSC. Cada uno de tales personajes, sin excepción, ya militen en la «izquierda», ya en el «nacionalismo conservador», han estudiado en las mismas escuelas de élite religiosas, en muchos casos jesuitas. El problema de la izquierda no es su izquierdismo, sino su naturaleza solapadamente derechista, maquillada para controlar a los sindicatos (previamente comprados) y mejor manipular así a los trabajadores. Catalanes de apellido, presuntos nacionalistas o catalanistas e incluso nauseabundos pijoprogres, los oligócratas obedecen al lobby enemigo de todas las naciones (excepto Israel); sométense gustosos, tales pseudo patriotuchos de teatrillo, ante un poder universal, pero oculto a los ojos de la ciudadanía, que ellos conocen empero muy bien. Y en Cataluña esta realidad aparece mucho más marcada que, por ejemplo, en Extremadura, por motivos que  ya he explicado. Ahora bien, dicha traición a la nación no es casual, ni el resultado de una decisión personal abyecta aunque puramente individual, sino un acto que brota de forma espontánea de una determinada ideología: el catolicismo, el cristianismo en general, combinado con los factores y elementos sociológicos estructurales inherentes a la burguesía capitalista (la «derecha»). Tales creencias «religiosas» en su contexto social, algo muy evidente, por ejemplo, en el calvinismo, son ya ideología transnacional antes incluso del advenimiento histórico de la oligarquía sionista, tanto como lo fueran el comunismo o el anarquismo, mera secularización (Nietzsche dixit) de la idea cristiana del «reino de Dios» en un contexto social muy diferente.
Los patriotas europeos tenemos  el deber imperioso  reconstruir nuestra identidad, pero semejante tarea no será nada fácil. Esa identidad no es un dato evidente, accesible a una mirada ingenua, sino algo por lo que habremos de luchar, en primer lugar contra nosotros mismos. No es por azar que los europeos hayamos sido vencidos y avancemos velozmente hacia nuestra extinción étnica y cultural. El enemigo no sólo está metido en casa, como digo, desde hace siglos conspirando para la destrucción de la nación, sino que el enemigo está en nuestras propias almas toda vez que doblamos la rodilla ante un judío llamado Jesús y admitimos que ese personaje es el hijo de Dios. El día en que nuestros antepasados se postraron como creyentes bíblicos, la derrota era ya sólo cuestión de calendario, aunque hubieran de pasar siglos hasta la consumación del destino. Y hogaño parece llegada la hora. Tiempos mesiánicos: a nuestra generación le corresponderá quizá el privilegio de conocer el desenlace de un fraude milenario que comenzó en el Gólgota. La sociedad europea sabe, es consciente, hoy, de que atravesamos una situación límite, que estamos siendo agredidos por fuerzas procedentes del exterior, que hay que defender «lo de dentro» (intra), pero el aspecto más ridículo de todo el asunto es que ni siquiera sabemos cuál es nuestro enemigo, hacia qué dirección descargar los golpes o ejercer esa defensa… Algunos quieren luchar, pero… !contra el islam! !Salvemos, dicen, las tradiciones católicas! El pesebre como arma de lucha identitaria. En Wall Street deben de reirse mucho de esos «patriotas»… (Desde luego, el verdadero enemigo puede dormir tranquilo). Cuando se ignora qué es lo que hay que atacar para vencer, para salvarse en este caso, ese «qué» lo tiene todo muy a su favor. Ha triunfado ya de antemano sin tener que esperar a la batalla. Ni siquiera habrá batalla, porque sus adversarios no habrán podido reunir un triste ejército de defensa. Y nosotros, europeos, estamos en tal situación de desorientación total nada menos que con respecto al cristianismo y al crucial problema de la identidad patria.
Los guerreros de Hezbollah aciertan, sin duda, cuando destruyen un tanque Merkava del criminal ejército israelí. Pero se trata de un acierto puramente casual, siendo así que en sus propias mochilas chiítas portan inscripto el mensaje genocida de Yahvé. La destrucción de Israel no consiste en el asesinato masivo de sus habitantes (con que coincidirá, mucho me temo, la llegada del «mesías»). El enemigo son, en primer lugar, unas ideas, no unas personas. Para defenderse del Tsahal primero hay que haber confutado, más todavía, superado interior y espiritualmente, esas ideas. Cuando un loro emite el ruido «dos y dos son cuatro», acierta, dice la verdad, pero no sabe por qué dice lo que dice. Repite unos sonidos carentes de significado. Cuando el creyente de una religión abrahamánica destruye un tanque Merkava, aunque desde el punto de vista humano y militar se trate de un acto encomiable que, repito, desde aquí saludamos con simpatía, ese luchador deja inmune el arma letal, la idea; no sólo eso, en la medida en que no es capaz de identificarla, no se identifica a sí mismo y refuerza con su desconocimiento la causa adversaria. Destruir un tanque israelí en nombre del dios de Abraham, no parece, en efecto, tener mucho sentido. Los islámicos son, en todos los ámbitos de la política internacional, un juguete de la gran operación de mundialización sionista. Véase Toulouse, qué bochornosa manera de hacerle el juego a Israel. Pero no perdamos de vista la evidencia: los regímenes musulmanes más integristas, como el de Arabia Saudí, son fieles aliados de EEUU. Al Qaeda, la procedencia familiar y política misma de Bin Laden, su utilización descarada para justificar las guerras imperialistas del sionismo, deberían enseñarnos que estaremos muy lejos de poder derrotar al enemigo en el terreno material -destruir el tanque Merkava– mientras no detectemos de forma exacta y rigurosa cuál -y no quién– es el enemigo ideológico a refutar.La línea divisoria pasa por el interior de cada uno de nosotros. La victoria requiere una «revolución mental»: la conversión al valor-verdad.
Jaume Farrerons
30 de marzo de 2012
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SIMPOSIO… de PLATóN : …FEDRO (I)

18 de enero de 2012

1.- Encomio de Fedro (178a-180b)

En primer lugar, pues, como digo –me contó Aristodemo–, comenzó a hablar Fedro, haciendo ver, más o menos, que Eros [el Amor] era un gran dios y admirable entre los hombres y los dioses por muchas otras razones, pero fundamentalmente por su origen.

–Pues ser con mucho el dios más antiguo– dijo– es digno de honor [178b] y he aquí la prueba de esto: padres de Eros, en efecto, ni existen ni son mencionados por nadie, prosista ó poeta. Así, Hesíodo afirma que en primer lugar existió el Caosy luego la Tierra de amplio seno, sede siempre segura de todas las cosas, y Eros, [el Amor]. Y con Hesíodo está también de acuerdo Acusilao en que, después del Caos, nacieron estos dos, Tierra y Eros. Y Parménides, a propósito de su nacimiento, dice: … fue a Eros al primero que concibió de  todos  los dioses. (178b)

Así pues, por muchas fuentes se reconoce que Eros es con mucho el más antiguo. Y de la misma manera que es el más antiguo es causa para nosotros de los mayores bienes. Pues yo, al menos, no sabría decir qué bien para uno recién llegado a la juventud hay mayor que un buen amante virtuoso, y para un buen amante que un buen amado. La norma que, en efecto, debe guiar durante toda su vida a los hombres que pretendan llevar una vida honesta, de vivir noblemente , es algo que  ni el parentesco, ni los honores, ni la riqueza, ni ninguna otra cosa son capaces de inculcar  tan bien como el amor. ¿Yqué norma es esto que digo? La vergüenza ante

la deshonra ó  las feas acciones y el deseo de emular  lo que es noble, pues sin estas cualidades ó sentimientos no es posible que ninguna  ciudad ni persona particular puedan realizar obras grandes y  bellas. [178d]

Es más, afirmo que un hombre que está enamorado, si fuera descubierto haciendo algo feo o soportándolo de otro sin defenderse por cobardía, visto por su padre, por sus compañeros o por cualquier otro, no se dolería tanto como si fuera visto por su amado. [178e]

[Acusilao de Argos, cuya biografía suele situarse en torno al -475, fue un célebre logógrafo, autor, en dialecto jonio, de varios libros en prosa de genealogías, basadas fundamentalmente en Hesíodo.]

Y esto mismo observamos también en el amado, a saber, que siente extraordinaria vergüenza ante los amantes cuando  es visto  en alguna acción vergonzosa ó innoble... Así, pues, si hubiera alguna posibilidad de que llegara a existir  una ciudad o un ejercito compuesto  de amantes y de amados, no hay  mejor modo de que administren su propia patria que absteniéndose de toda acción deshonrosa  y emulándose unos a otros  en el honor. [179a]

Y si hombres como ésos combatieran uno al lado de otro, vencerían, aun siendo pocos, a todo el mundo, por así decirlo.

Un hombre enamorado, en efecto, soportaría sin duda menos ser visto por su amado abandonando la formación o arrojando lejos las armas, que si  fuera visto por  todos los demás, y antes de eso preferiría veces morir.  Y, desde luego, dejar atrás abandonado  al amado o no socorrerle  cuando está  en peligro… nadie  hay tan cobarde a quien el propio Eros no le inspire  el divino valor, de modo que se equipare  al más valiente por naturaleza. Y es absolutamente cierto , como dijo Homero dijo,  el vigor que inspira la divinidad en algunos héroes, lo proporciona Eros [el Amor] a los enamorados como algo nacido de sí mismo. [179b]

Por otra parte, a morir por otro están decididos únicamente los amantes, no sólo los hombres, sino también las mujeres. Y de esto también la hija de Pelias, Alcestis, ofrece suficiente testimonio ante los griegos en favor de mi argumento ya que fue la única que estuvo decidida a morir en lugar de su esposo, a pesar de que éste tenía padre y madre, a los que ella superó tanto en afecto por amor, que les hizo aparecer como meros extraños para su hijo y parientes sólo de nombre.

Al obrar así, les pareció, no sólo a los hombres, sino también a los dioses, que ella  había realizado una acción tan hermosa, que, a pesar de que muchos han llevado a cabo muchas y hermosas acciones , sólo en contados casos  los dioses han concedido el privilegio de que su alma regrese y suba del Hades es realmente muy pequeño, y, sin embargo, hicieron subir el alma la de aquélla admirados por su acción. ¡Así también los dioses honran por encima de todo el esfuerzo y el valor del amor!

En cambio, a Orfeo, el hijo de Eagro, lo despidieron del Hades sin lograr nada, tras haberle mostrado un fantasma de su mujer, en cuya búsqueda había llegado, pero sin entregársela, ya que lo consideraban un pusilánime, como citaredo que era, y no se atrevió a morir por amor como Alcestis, sino que se las arregló para entrar vivo en el Hades. Ésta es, pues, la razón por la que le impusieron un castigo e hicieron que su muerte fuera a manos de mujeres.

[La existencia de ejércitos compuestos por amantes y amados, especialmente en las comunidades espartanas y dorias en general ha sido ya estudiada y se cita en el Banquete de Jenofonte.

En las palabras de Fedro se ha querido ver una alusión a la famosa LIGA SAGRADA formada por Górgidas o Epaminondas hacia el –378, compuesta por parejas de amantes homosexuales que tuvo una actuación brillantísima en varias batallas.]

No así, por el contrario, fue lo que sucedió con Aquiles, el hijo de Tetis, a quien lo honraron y lo enviaron a las Islas de los Bienaventurados, porque, a pesar de saber por su madre que moriría si mataba a Héctor y que, si no lo hacía, volvería a su casa y moriría de viejo, tuvo la osadía de preferir, al socorrer y vengar a su amante

Patroclo, no sólo morir por su causa, sino también morir una vez que éste  había

acabado ya sus dias. De aquí que también los dioses, profundamente admirados, le

honraran sobremanera, porque en tanta estima tuvo a su amante. Y Esquilo  desvaría cuando afirma que Aquiles era el amante  [erastés] de Patroclo, ya que Aquiles era más hermoso, no sólo que  Patroclo , sino también que todos los héroes juntos, siendo todavía imberbe y, por consiguiente, mucho más joven, como dice Homero.

De todos modos, si bien, en realidad, los dioses valoran muchísimo ésta virtud en el amor, sin embargo, la admiran, elogian y recompensan más cuando es el amado el que siente afecto por el  amante, que cuando el amante lo siente por el amado, pues un amante es cosa más divina  que un amado, ya que está poseído por la divinidad.  Por esto también honraron más a Aquiles que a  Alcestis y lo enviaron a las Islas de los Bienaventurados.

En resumen, pues, yo, por lo que a mi respecta,  afirmo que Eros es, de entre los dioses, el más antiguo, el más venerable y de mayor dignidad  y el más eficaz para

asistir a los hombres, vivos y muertos, en la adquisición de virtud y felicidad.

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Fuente:   Alianza Editorial.

Platón: «El banquete» ,»El libro de bolsillo», Madrid, 1989.